sábado, 6 de noviembre de 2010
EL ARTE, EL ARTISTA Y LA INSPIRACIÓN.
Pía Figueroa
Publicamos acá completa la ponencia presentada por la Profesora Marina Fernandez ante el Segundo SImposio Internacional organizado por el Centro Mundial de Estudios Humanistas en los distintos Parques de Estudio y Reflexión intercomunicados virtualmente, en la mesa temática de Arte y Cultura. Marina Fernandez realizó su exposición ante los asistentes del Parque Punta de Vacas.
Pressenza, Punta de Vacas, Argentina. Según el Diccionario de la Rae, Arte procede del latín “ars, artis”, y este del griego (techne), y se define como: Virtud, disposición y habilidad para hacer algo; o como Manifestación de la actividad humana mediante la cual se expresa una visión personal y desinteresada que interpreta lo real o imaginado con recursos plásticos, lingüísticos o sonoros.
Se ha dicho también que de la etimología resulta un significado ambiguo y por lo tanto en su intento por precisar el concepto algunos explicaron que:
a) Generalmente el arte es entendido como cualquier actividad o producto realizado por el ser humano con una finalidad estética o comunicativa, a través del cual se expresan ideas, emociones o una visión del mundo, mediante diversos recursos, plásticos, lingüísticos, sonoros o mixtos.
b): El arte es un componente de la cultura, reflejando en su concepción los sustratos económicos y sociales, y la transmisión de ideas y valores, inherentes a cualquier cultura humana a lo largo del espacio y el tiempo. Suele considerarse que con la aparición del Homo sapiens, en principio el arte tuvo una función ritual, mágica o religiosa, pero cambió con la evolución, adquiriendo un componente estético y una función social, pedagógica, mercantil o meramente ornamental.
c) Según la cultura, la época o la sociedad ‘arte’ tiene una amplia acepción llegando a designar a cualquier actividad humana hecha con esmero y dedicación o cualquier conjunto de reglas necesarias para desarrollar de forma óptima una actividad: se habla así de “arte culinario”, “artes marciales”, etc.
Giordano Bruno fue uno de los primeros pensadores que prefiguró las ideas modernas: decía que la creación es infinita, no hay centro ni límites – ni Dios ni el hombre –, todo es movimiento, dinamismo. Para Bruno, hay tantos artes como artistas, introduciendo la idea de originalidad del artista. El arte no tiene normas, no se aprende, sino que viene de la inspiración.
Kandinsky en su libro De lo Espiritual en el Arte nos sitúa en gran medida en la fórmula pragmática de los expresionistas de la época afirmando que: El otro arte, capaz de evolucionar, se basa también en su época espiritual, pero no sólo es eco y espejo de ella, sino que contiene una energía profética vivificadora que actúa amplia y profundamente. La vida espiritual, en la que también se halla el arte y de la que el arte es uno de sus más fuertes agentes, es un movimiento complejo pero determinado, traducible a términos simples, que conduce hacia adelante y hacia arriba. Este movimiento es el del conocimiento. Puede adoptar muchas formas, pero en el fondo mantiene siempre un sentido interior idéntico, el mismo fin. Y mas adelante agrega:
…La noche espiritual se cierne más y más. Las grises tinieblas descienden sobre las almas asustadas, y las superiores, acosadas y debilitadas por la duda y el temor, eligen algunas veces el oscurecimiento paulatino a la inmediata y violenta caída en la oscuridad total. El arte, que entonces vive humillado, es empleado únicamente con fines materiales. Busca su realidad en la dura materia, pues ignora la exquisita. Los objetos, cuya reproducción piensa que es su única meta, continúan inmutables. El qué del arte desaparece eo ipso. La pregunta exclusiva que les preocupa es cómo se representa determinado objeto en relación con el artista. El arte pierde su espíritu.
El Artista y la Inspiración
El artista en su inspiración más genuina se siente impulsado a expresar una síntesis (poética, en sentido amplio) de la realidad que le toca vivir, mediante el lenguaje de la metáfora, la alegoría o el símbolo. Esa inspiración, cuando tiene suficiente carga afectiva, cuando bulle, cuando se experimenta como una agitación interna que pugna por manifestarse por medio de la palabra, la forma o el color, los sonidos armónicos, el cuerpo, etc. se explica como un particular estado de la conciencia que puede invadir los sueños, los ensueños y la vigilia.
Así se vive la experiencia artística, como un llamado a expresar un sentimiento profundo que conlleva el fuerte impulso de querer ser libre al crear, de sentirse transformado.
Y aquella realidad que el artista sintetiza estéticamente en su expresión está conformada por dos vertientes clave: la propia biografía y la época en que se vive, finamente fusionados. Pero existe también una tercera vertiente posible: la región de lo transhumano, de aquello que pudiera ser de origen sagrado y que no se rige por los moldes biográficos y epocales.
De esta región pueden llegar señales inspiradoras que el artista traducirá, inexorablemente, con el ropaje de su época, dado que toda disciplina artística está condicionada por los paisajes y miradas de cada momento histórico, aunque aquello que se quiera expresar provenga originalmente de ese mítico mundo sin fronteras psicosociales.
Podemos ver a través de la historia que la creación es la búsqueda de un significado más profundo. Un significado en cierta forma trascendente del artista.
Podemos imaginar libremente y trasladarnos a través del tiempo hasta llegar a ver al ser humano cuando descubre el fuego…, y como con su intencionalidad aprende a conservarlo…, y más tarde a transportarlo de un lugar a otro… Y que pasará mucho más tiempo hasta que pueda producirlo y al fin dominarlo… Con ello nacerá la cerámica y la manipulación de los metales.
Este proceso continuará hasta llegar a nuestros días.
Observamos en el transcurrir de nuestra especie que durante todo este trayecto hemos estado acompañados por el arte, siendo éste un proceso intencional de la conciencia para expresar en el mundo distintos estados internos y búsquedas del ser humano a través de la creación.
Como bien lo afirmó Adolfo Salazar respecto a la expresión musical, El lenguaje sonoro supone la capacidad de simbolización y de coordinación de símbolos abstractos dándoles significación espiritual.
Desde sus primeros tiempos el arte estuvo estrechamente ligado a “lo sagrado” y a “lo mágico”. Es así que lo vemos en los ritos de iniciación, en las invocaciones, en los pedidos a las fuerzas de la naturaleza, en los contactos con lo divino, en las curaciones como vehículo para transformar la esencia de los elementos y las personas, y también produciendo estados de conciencia no habitual movilizando emociones profundas. Todos estos ejemplos lo podemos observar (por ejemplo) en distintas ceremonias chamánicas que aún perduran.
En la cultura occidental en Grecia por ej. el arte sigue estrechamente relacionado a lo mítico como podemos ver en los ritos órficos y dionisíacos.
También en el Siglo VI ac a Pitágoras, se le atribuyen importantes descubrimientos matemático musicales: como el descubrimiento de la ciencia armónica, de las proporciones musicales, la importancia de la aritmética para la música, la teoría de las esferas, etc.. Para los pitagóricos el cosmos se compone de números y la vivencia estética subjetiva puede ser mensurable. El intervalo de octava tiene un fuerte sabor metafísico de armonía en sentido global, como compendio de una serie de propiedades numéricas que permitirá "afinar" tanto el cosmos (música mundana) como el alma humana ( música humana).
Salazar en su libro “Las grandes estructuras de la música” comenta que Cuando sea menester poner a prueba la acción de un espíritu habrá que convocarlo merced a un lenguaje que solo él y nosotros, ciertos seres privilegiados conocemos. La acción crecientemente compleja de convocar a los espíritus ha sido conocida con el nombre de magia y el hombre que la pone en practica mago, siendo la música uno de sus medios de comunicación con estos dioses (aún en nuestros tiempos). El hombre que canta la fórmula invocatoria imita doblemente, con la música de la palabra y con el gesto que acompaña, siendo esta imitación la base de toda magia.
Por eso hay divinidades ocultas en los sonidos, en las notas, y la constitución de una escala es una operación mágica que se extiende del oriente anterior hasta India y China trayendo al occidente griego toda una teoría en la que las ideas de música, divinidad y astronomía se reúnen, proyectándose hacia un espacio donde los planetas ruedan, regidos por armonías cuyos sones se representan en Grecia por letras del alfabeto, que designan a su vez el astro y su sonido correspondiente, así como al día de la semana al que está dedicado.”
La creación mágica, no tiene como fin la belleza, sino otro fin mucho más necesario a los asuntos espirituales. Es así que entre el mover, que consiste en poner en movimiento al espíritu invisible por medio del conjuro mágico, y conmover por medio del arte el espíritu que nos alienta hay un largo camino histórico.
En el medioevo, gracias al crisol de razas y culturas que se produce con las inmigraciones de árabes y judíos se entrelazan conocimientos, instrumentos, técnicas, teorías médicas, matemáticas, arquitectónicas, etc. nace una expresión artística que sintetiza estas vertientes en algunos lugares de neto corte humanista como el antiguo Toledo, o el reinado de Alfonso X el Sabio, en el siglo XIII. O en la corte de Rodolfo II ya en el renacimiento.
En el renacimiento el nuevo ideal de la música se constituyó en "mover los afectos" del oyente a lo que se le suma la comprensibilidad de la letra en las obras vocales, este ideal terminará por cumpliese en el barroco gracias a la melodía acompañada y resurge la retórica como medio para mover estos afectos.
La historia continúa y va siempre acompañada de nuevas búsquedas de expresión y de búsquedas del artista. Es así como por ejemplo dirá Schumman La misión del artista es echar luz sobre las tinieblas del corazón humano.
O Goethe enunciando que El artista se dirige al mundo a través de una totalidad que no encuentra en la naturaleza, es el fruto de su propio espíritu, o mejor, la inspiración de un aliento divino.
Kant en Crítica del juicio: expone que No puede haber ninguna regla de gusto objetiva que determine por conceptos lo que sea bello, puesto que todo juicio de esta fuente es estético, es decir, que su motivo determinante es el sentimiento del sujeto y no un concepto del objeto.
También Kandinsky, en el mismo libro que antes citáramos dice: Schömberg intuye con claridad que la completa libertad, único medio en el que puede desarrollarse el Arte, nunca será absoluto. A cada período, le corresponde una cuota determinada de libertad y ni el genio más eficaz podrá exceder esos límites…… Su música nos empuja a una zona nueva, en que las experiencias musicales son puramente anímicas y no acústicas. Es el nacimiento de la música del futuro.
Más adelante agrega que El arte en su conjunto no implica una creación innecesaria, de entes que se diluyen en la nada, sino una fuerza que contribuye al desarrollo y la sensibilización del alma humana.
Cuándo la religión, la ciencia y la moral se ven sacudidas, y sus bases exteriores vaticinan el derrumbe, el hombre desvía su atención de lo exterior y se concentra en sí mismo.
Su definición de la belleza está relacionada con aquello que enriquece y afina el alma, incluso inmaterialmente.
Silo en su libro Apuntes de psicología 4 define a la conciencia inspirada como “…una estructura global, capaz de lograr intuiciones inmediatas de la realidad. Por otra parte, es apta para organizar conjuntos de experiencias para priorizar expresiones que se suelen transmitir a través de la Filosofía, la Ciencia, el Arte y la Mística” “……es más que una extrema introyección o una extrema proyección, ya que alternativamente se sirve de ellas en atención de un propósito. Esto último es evidente cuando la conciencia inspirada responde a una intención presente en algunos casos, o cuando responde a una intención no presente pero que actúa copresentemente” …”Los diferentes estilos artísticos, que responden a las condiciones epocales, no son simplemente modas o modos de generar, captar e interpretar la obra artística, sino maneras de “disponerse” para recibir y dar impactos sensoriales. Esta sensibilidad es la que modula la sensibilidad individual o colectiva y es, por lo tanto el predialogal que permite establecer la comunicación estética".
En este breve recorrido por la historia y algunos enunciados como ejemplo, podemos observar que la creación es la búsqueda de un significado más profundo. Un significado en cierta forma trascendente del artista.
Esta intencionalidad, acompaña al hombre desde sus primeros tiempos, siendo una vía ya sea de ascesis, de búsquedas de lo sagrado, de contacto con estados no habituales de conciencia, o simplemente de catarsis.
Es este propósito creador del artista que lo lleva a conectar a veces con una sensibilidad que va más allá de los modelos culturales y estéticos de sus contemporáneos.
Hoy, en medio de una gran desestructuracíón global, en una época donde impera una conciencia desilusionada, donde el ser humano no ve un futuro claro, donde crece la incomunicación y la violencia los artistas debemos plantearnos una elección clara a favor de la vida y de una cultura inspirada desde y para el futuro.
Es por todo lo dicho que: proponemos aquí y ahora con todos aquellos que estén interesados comenzar un espacio de intercambio y profundización de experiencias que se proyecten en el tiempo y puedan, desde un emplazamiento de paridad, aportar a la revalorización de las búsquedas profundas.
Image by Rafael Edwards: Curva del tiempo.
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