Buenos Aires, Argentina. En la Mesa de Movimientos Sociales Latinoamericanos, participó
Milagro Sala, máxima referente de la organización barrial Tupac Amaru,
luchadora indigenista, con un fuerte compromiso social con los derechos
humanos, los pueblos originarios, los postergados y los excluidos.
Milagro compartió, con sencillez, claridad y coraje, su experiencia y
la experiencia colectiva del movimiento en el que milita. Marcó con
insistencia la decisión que tomaron, en su momento, de tomar su propio
futuro en las manos, sin esperar más de la clase política, tras
múltiples decepciones. Dio testimonio del cambio que para ella significó
asumir la no-violencia como metodología de acción y también reconoció
los avances enormes que han vivido durante los gobiernos de Néstor
Kirchner y Cristina Fernández, que les ha devuelto la confianza en la
política y también la necesidad de participar en ella. Afirmó, por otra
parte, que son los grandes errores y torpezas de la propia clase
política, los que han dado espacio al fortalecimiento del movimiento y
la lucha social.
Al concluir su charla, Pressenza tuvo oportunidad de hacerle una entrevista que compartimos con nuestros lectores.
P: Milagro, has aludido varias veces a que, en la lucha del
Movimiento Tupac Amaru, han buscado siempre darle respuesta a las
necesidades de la gente. ¿Cómo identifican esas necesidades?
M: Nosotros partimos de que aquí, como en mucho países, el Estado no
cumplía con las necesidades del pueblo. Nosotros nos cansamos de esto,
nos cansamos de sacar gobernadores y que no pasara nada, porque quienes
manejaban el poder eran los mismos de siempre, y nosotros eramos payasos
de ellos. Entonces nosotros comenzamos a trabajar poquito a poco, con
los bonos comunitarios, vendiendo bollos, vendiendo empanadas y de todo
un poco y manteníamos así la copa de leche, los comedores. Luego
comenzamos a trabajar en la salud, con médicos voluntarios y luego la
educación, construyendo escuela. Salud, educación, vivienda y trabajo
digno. Por eso creamos también cuatro fábricas. Todo esto lo hicimos con
el dinero que nos quedó de la construcción de viviendas. Elegimos
redistribución del dinero que nos quedó, para responder a las
necesidades de los compañeros.
P: Has insistido también, en tu intervención, de construir el
futuro. Después de tantos logros que ya han conseguido, ¿cuál es el
futuro que buscan construir?
M: Nosotros hemos anunciado tres meses atrás que constituiremos un
partido político y, para las elecciones del año próximo, tendremos
candidatos. Siempre hemos criticado que los sectores políticos cuando se
suben a un escenario te dicen lo que van a hacer. Nosotros ya lo hemos
hecho.
P: Entonces, ¿cuál será la propuesta de Tupac Amaru como partido?
M: Si nos dan la oportunidad de llegar a ser diputados, senadores,
concejales, vamos a hacer mucho más. Vamos a trabajar por Jujuy y darle
más trabajo, más salud, más educación, más vivienda. Garantizar mucho
más de lo que ya estamos haciendo.
P: ¿Y cuáles son los cambios más profundos que tu has vivido a lo largo de esta lucha?
M: Yo comencé a militar a los catorce años. En esa época se conseguía
todo con bronca. A nosotros el humanismo nos dió un lugar de lucha, nos
comenzó a formar, comenzamos a reflexionar. A pensar que el otro tiene
necesidades como nosotros. Si el Che hubiese conocido a Silo, capaz hoy
seguiría viviendo el Che. Hemos aprendido que si uno pide por uno tiene
que pedir que el otro esté bien. Nos ayuda mucho trabajar con las
comunidades aborígenes, bajo el principio de yo soy tú y tú eres yo. El
yo soy tú significa que tu problema es mío y tenemos que ver entre todos
cómo cambiamos el mundo. Queremos un cambio social diferente, un cambio
no violento. Que el ser humano pueda tener una vida digna, la vida que
se merece.
P: Milagro, ¿estamos ante la posibilidad de un mundo distinto?
M: Se está dando un mundo distinto. Vos te imaginás que uno cuando
construye una casa puede hacer lo que hacen los políticos y cobrar. Pero
no, uno no cobra nada, que lo pague directamente al Estado. Uno entrega
y ni siquiera lo difunde, se hace con muy bajo perfil, sin conferencia
de prensa ni nada. Hacemos las cosas, sin necesidad de difundirlo,
porque hacerlo es humillar a la persona que necesita. Esto es parte de
lo que hemos aprendido del humanismo. La no-violencia es muy importante
para un cambio de mundo.
Fuente: Pressenza.
domingo, 4 de noviembre de 2012
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