jueves, 22 de noviembre de 2012

De La Vega compite en Mar del Plata con su comedia negra "Hermanos de sangre"


El cineasta Daniel De la Vega, quien viene desarrollando una destacable trayectoria dentro del género fantástico y de terror argentino, compite en el Festival de Mar del Plata.

El film “Hermanos de sangre” es una comedia negra con elementos de horror que renueva el mito de Mefisto para abordar la relación entre un perdedor y un extraño que le cambia la vida.
Autor de películas de terror como “Jennifer`s Shadow” (2004) y “Death knows your name” (2006), filmadas especialmente para el mercado internacional y en idioma inglés, De la Vega encaró ahora su primer largometraje en español con esta historia protagonizada por Alejandro Parrilla, Sergio Boris, Jimena Anganuzzi, Carlos Perciavale y Viviana Sacone.
“Es una comedia negra con elementos de horror, pero que se plantea con muchas sorpresas a medida que va avanzando la película”, afirmó De la Vega, quien trabajó sobre la base de un guión que “mucha gente quería hacer” y que fue escrito por Nicanor Loretti, Germán Bal y Martín Blonson.
“Hermanos de sangre” concursa en la Competencia Argentina del festival marplatense con filmes como “Abril en Nueva York”, de Martín Piroyansky, “Boxing Club”, de Víctor Cruz, “Calles de la memoria”, de Carmen Guarini, “La Corporación”, de Fabian Forte, “Errata”, de Iván Vescovo, “Fango”, de José Celestino Campusano, “Me perdí hace una semana”, de Iván Fund, y “Samurai”, de Gaspar Scheuer, entre otros.
En una entrevista con Télam, De la Vega señaló: “Nunca hice comedia, entiendo muy poco del género, pero me interesó mucho el proyecto porque cuenta una historia que me toca un poco en lo personal, la de un gordito que se siente miserable porque no puede conquistar sus sueños y está enamorado de alguien a quien no puede conseguir”.
“Hermanos de sangre” describe las desventuras de Matías (Parrilla), un joven que vive sus sueños como inalcanzables, y que gracias a Nicolás (Boris), un extraño que se convierte en su mejor amigo, logrará enfrentarse al entorno social que lo menosprecia, lo margina y mina sus aspiraciones.
De la Vega explicó que el protagonista “conoce a una persona que se presenta como su mejor amigo y a partir de allí todo se hace claro y luminoso, todo le empieza a salir bien, pero lo que no sabe es que su amigo es en realidad un psicópata, una especie de Mefisto que al mismo tiempo que le da, le quita”.
En la novela de Goethe, Mefistófeles irrumpe en la vida de Fausto, un viejo científico, cansado de su existencia y frustrado por no llegar a poseer los conocimientos tan amplios que desearía tener, que decide entregarle a este diablo su alma a cambio de alcanzar la cumbre de la sabiduría, ser rejuvenecido y obtener el amor de una bella doncella.
En ese sentido, además de establecer un paralelismo con el mito de Mefisto, De la Vega comparó a sus personajes con los de la película “Extraños en un tren”, de Alfred Hitchcock -versionada en 1987 en clave de humor por Danny DeVito en “Tira a mamá del tren”- en la que un desconocido le ofrecía al protagonista la solución a todos sus problemas, a cambio de que cometiera un asesinato.
“La historia de esta película tiene una oscuridad con la cual podía identificarme y aferrarme. Es una comedia negra con momentos de acción, un híbrido muy especial que habla sobre el desprecio social que sufre una persona que se siente excluida y no es aceptada por nadie, por la forma en que encara el mundo”, sostuvo el cineasta.
Y añadió que “básicamente es una película sobre el camino de aprendizaje de alguien que comienza a entender la vida, a enfrentar el mundo y a vivir mejor. La gran ironía es que la persona que lo ayuda a lograrlo no es un Yoda, sino un demonio. Pero al final no importa, porque es su único amigo y es quien le enseñó a ser lo que es”.
De la Vega, que contó con el crédito “más pequeño de todo 2011” del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (Incaa), señaló que esta es su primera película en español, lo cual consideró “el síntoma de un problema, porque muchos directores de género fantástico tuvimos que hacer películas en inglés para poder llegar a hacerlas en castellano”.
“Creo que éramos inverosímiles y ahora nos volvimos más creíbles e incluso nos dan crédito”, recordó De la Vega sobre las dificultades que él y otros cineastas independientes tuvieron durante años para filmar sus películas, pero al mismo tiempo se mostró muy agradecido con el Incaa y afirmó que “el sistema de producción estatal es muy valioso y debemos valorarlo”.
El director, que ahora piensa en “Necrofilia”, un thriller sobrenatural que posiblemente filme antes de fin de año, señaló con respecto a “Hermanos de sangre” que, “como nunca hice comedias, esta fue una experiencia de aprendizaje enorme y, a pesar de tener muchas dudas sobre el resultado, creo que son dudas saludables y creativas”.
Admirador del estilo irreverente del español Alex De la Iglesia (“Muertos de risa”, “La comunidad”), De la Vega afirmó que le gustan mucho las comedias radicales y políticamente incorrectas, y en esa línea dijo que “esta película es una comedia incorrecta porque es una película de amistad y una película de amor entre dos hombres”.
Camarógrafo de todos sus filmes y de otros como “Diablo”, de Nicanor Loretti, “Left for Dead”, del Albert Pyun, y “Dos de noviembre”, de Ezio Massa, De la Vega es autor además de los cortometrajes de terror “Sueño profundo”, “La última cena” y “El martillo”, éste último sobre el mito de un asesino serial de la ciudad de Buenos Aires.
"Ver películas de terror o realizarlas es básicamente algo que a mí me resulta muy útil a nivel terapéutico y catártico", admitió De la Vega, quien comenzó su carrera tímidamente, en un ambiente universitario en el cual "hacer cine de terror era como hacer algo pornográfico".
"Las películas de terror son básicamente una mirada oscura, perversa, pesimista, que cumplen la función de maltratar al espectador, hacerlo sentir mal, para que cuando termine de verlas tome conciencia de que está vivo. Entonces, por oposición, se siente más tranquilo", aseguró el realizador.
Fuente: Télam

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