Incluso después de cinco años de la aprobación del Estatuto
de la Igualdad Racial, brasileños y brasileñas todavía están lejos de superar
la profunda brecha racial que existe en el país. El estatuto consta de 65
artículos, busca garantizar la eficacia de las políticas públicas orientadas a
la población negra, fue promulgado en 2010.
Negros y negras en Brasil continúan enfrentando
dificultas, como, por ejemplo, tener acceso a la educación superior, el mercado
laboral y los servicios públicos. Esto queda evidente cuando se constata que la mayoría de los
pobres son negros, dos tercios de los
pobres y la mitad de la población negra todavía vive por debajo del umbral de
la pobreza. Además, un joven blanco tiene tres veces más probabilidades de
tener acceso a la universidad y los índices de analfabetismo se duplican en la
población de raza negra.
El obispo de referencia de la Pastoral afro-brasileña,
Don Zanoni Demettino Castro, considera que el estatuto como una poderosa herramienta
en la lucha por la igualdad racial, pero considera necesario el empeño de todos
para que sea cumplido y reglamentado. Además, él piensa es necesaria su
más amplia divulgación. "Está ahí,
sin embargo, pocas personas lo conocen. Y quienes lo conocen a menudo no buscan
[aplicarlo]. Hay muchas acciones específicas que es necesario realizar. El
pueblo negro necesita conocer sus
derechos", expresa el arzobispo Zanoni.
Algunas medidas ya han sido tomadas por el gobierno,
como el sistema de cuotas en los
concursos públicos [para cargos] y procesos selectivos, que establecen cerca de
200 mil cupos [lugares] a personas negras en las universidades públicas de todo
el país en los últimos dos años. Según Don Zanoni, el Estatuto es una gran
conquista que debemos celebrar. "Él vino, sin duda, a
fortalecer las políticas de acción afirmativa. El creciente número de hombres y
mujeres negros en las universidades es una realidad ", dice.
La mayor parte de las normas del Estatuto no son
obligatorias, sólo son sugerencias, es decir, no contempla sanciones
por su incumplimiento, lo que, de acuerdo con Douglas Belchior, fundador de
Uneafro-Brasil y del movimiento negro militante, dificulta la lucha contra el
racismo. "el estatuto es sólo un buen documento, los parlamentarios tienen
que reconocer [en el presente] es cómo Brasil sufre hasta hoy por un día haber
esclavizado a los negros", destaca el militante.
Algunos activistas sostienen como necesaria, una reforma
del Estatuto. "No sólo debe ser cambiado el estatuto, también varias
cuestiones como la distribución de los ingresos y la reforma agraria",
reitera Belchior.
De acuerdo con la Encuesta Nacional a través de Muestra
de Hogares (PNAD), realizada en 2013, el 52,9% de la población se considera
negra o parda.
Autor: Ana Clara Jovino
Fuente: Adital
domingo, 2 de agosto de 2015
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