domingo, 2 de agosto de 2015

Kliksberg: “Fue un acierto de la AUH poner a las madres pobres en el centro del programa”

Las madres pobres lograron el 100% de efectividad en la utilización de los recursos de la Asignación Universal por Hijo (AUH), derribando los prejuicios que señalaban que el programa, que cubrió en cinco años a 3.600.000 niños, fomentaba el clientelismo, dijo Bernardo Kliksberg en base a los resultados de una investigación internacional recientemente publicada en un libro de su autoría.

“La AUH es un programa totalmente virtuoso sobretodo, recalcó, porque está apoyado en el mejor administrador de los recursos, en el mejor gerente que para los niños existe: su madre; en este caso, las madres pobres. Los resultados de esta investigación de máximo rigor científico lo prueban”, sostuvo el sociólogo durante una entrevista con Télam.
La investigación detalla que “a cinco años de su inicio, la AUH logró un año más de escolaridad para esos niños, que en un 40% son menores de cinco años; y redujo la reducción de la deserción, la repitencia y abandono escolar”. Así como “el mejor acceso a una dieta rica en proteínas”, y la optimización “de los parámetros de talla, peso y altura”.
La AUH, junto al “Bolsa Familia” que implementó Lula Da Silva en Brasil para sacar a 35 millones de personas de la pobreza, dijo Kliksberg, “es el de mayor inversión de toda Latinoamérica, entre los programas de transferencia condicionada”, nombre que se le da a este tipo de políticas.
“Son programas que consisten en depositar una ayuda económica a la madre de una familia de trabajadores informales, en una cuenta bancaria personal, con una contraprestación: la entrega del boletín escolar acreditando la concurrencia del niño a la escuela y de la constancia de las vacunas del calendario nacional”, detalló el experto en pobreza.
El estudio de la Organización Iberoamericana de Seguridad Social se hizo sobre una muestra representativa de 3.400 entrevistas a madres de familia de todo el país, que recibieron la AUH, un monto de dinero que representa el 20 % de los ingresos “informales de esa familia”.
“Recibir ese 20% seguro destinado a los chicos, significó para esas familias comprar alimentos, remedios y útiles escolares, incrementando la demanda y dinamizando la economía de comercios y Pymes de las zonas periféricas y áreas pobres del interior del país; acceder a capacitaciones, que obtuvieron a través de un programa asociado; exigir mejores ingresos, e incluso conseguir trabajos más formales; y hasta dejar de necesitar la AUH”, detalló.
El informe fue publicado en el libro “El Gran Desafío. Romper la trampa de la Desigualdad desde la Infancia”, que Kliksberg escribió junto Irene Novakovsky, editado por Biblos.
Fuente: Pressenza

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