América Latina mantendrá su tendencia a ser cada vez más estable,
aunque el crimen organizado seguirá siendo un reto enorme para varios
países de América Central y el Caribe, según un informe de inteligencia
estadounidense publicado este lunes.
“La principal conclusión que se puede sacar es la historia de éxito”
en la última década de la región y “nuestra relativa confianza en que
esto continuará”, dijo en rueda de prensa Mathew Burrows, asesor del
Consejo Nacional de Inteligencia.
“Lo que vemos (…) es una tendencia general a una mayor estabilidad en
América Latina”, dijo al presentar el informe “Tendencias globales
2030″, que analiza los posibles escenarios mundiales hasta esa fecha.
“América Latina y el Caribe han sufrido cambios de gran alcance,
incluidos un crecimiento económico sostenido y una reducción de la
pobreza”, dijo Christopher Kojm, presidente del Consejo Nacional de
Inteligencia, que destacó el avance “hacia la cohesión y la integración
regionales”.
Si la región, que seguirá incrementando su ingreso per cápita y su
clase media, crece a una media de 3,5% anual, para 2030 su Producto
Interno Bruto combinado llegará a representar la mitad de la economía
estadounidense, según el informe de 137 páginas.
La principal preocupación de la región para la comunidad de
inteligencia estadounidense son países de América Central y el Caribe
que “seguirán siendo frágiles y vulnerables”, con el peligro de que
sirvan de “refugio tanto a redes criminales mundiales como a redes
terroristas e insurgentes locales”, dijo Kojm.
El aumento de los precios de los combustibles y la comida “pondrán
adicional presión en la estructuras gubernamentales más frágiles” en
esas zonas, mientras su “falta de competitividad” y dependencia en la
economía estadounidense pueden mermar oportunidades para sus grandes
poblaciones jóvenes, indicó el informe.
Al ser preguntado sobre las implicaciones de la desaparición de
líderes como el venezolano Hugo Chávez, quien se encuentra en Cuba para
ser operado nuevamente de cáncer, o el cubano Fidel Castro, Burrows dijo
que un cambio de liderazgo es fuente de “potencial inestabilidad”.
Pero enfatizó la tendencia a “la estabilidad regional a mediano y largo plazo”.
“Brasil jugará un papel de primer orden en el futuro de la región”, y
ese país tendrá “más cosas en común que puntos divergentes” con Estados
Unidos en las próximas décadas, estimaron los analistas.
Otro cambio de gran envergadura en la región podría ser la
independencia energética de Estados Unidos, posible en los próximos 10 o
20 años, lo que significaría que “importaría menos o nada” de petróleo
de países como Canadá, México y Venezuela, que se cuentan entre sus
principales suministradores.
Estados Unidos, en términos generales, seguirá siendo la primera
potencia mundial para 2030, señaló el Consejo Nacional de Inteligencia,
en su primera evaluación en cuatro años destinada a contribuir con el
desarrollo del pensamiento estratégico de Washington.
Pero China será la primera economía mundial para la década de 2020 y
otros países también seguirán creciendo, por lo que Estados Unidos
pasará a tener un estatus de “primero entre los iguales”.
La “‘etapa unipolar’ está superada y la Paz Estadounidense (“Pax
Americana”), la era de supremacía estadounidense en la política
internacional que se inició en 1945, se está terminando”, según el
informe, que advierte que las regiones que pueden provocar mayor
inestabilidad son el Medio Oriente y el sur de Asia.
Según el informe, la economía de Asia sobrepasaría a las de América
del Norte y Europa combinadas para 2030, pero advirtió sobre una mayor
incertidumbre sobre la emergente China.
“Si Pekín falla en la transición a un modelo económico más
sostenible, basado en la innovación, continuará siendo el jugador de
primer nivel de Asia, pero la influencia que rodea lo que ha sido un
notable ascenso se disipará”, explicó el informe.
El estudio advierte que el cambio climático amenaza con causar serios
cambios al mundo, agravando la búsqueda de recursos vitales.
Con una población e ingresos crecientes, la demanda de agua, comida y
energía aumentará un 35%, 40% y 50% respectivamente para el 2030.
Fuente: Pressenza
martes, 11 de diciembre de 2012
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