viernes, 17 de julio de 2009

‘Promesas Vacías’: Informe de OXFAM sobre Doha.


Tras 8 años de negociaciones los países ricos han llevado las negociaciones a su terreno, dice el documento.

“La avaricia de los países desarrollados por abrir nuevos mercados para sus productos en países en desarrollo mantiene atascada la ronda de negociaciones de la Organización Mundial del Comercio (OMC) desde hace ocho años, a pesar de los repetidos llamamientos hechos en las distintas cumbres internacionales (como las de G20 y recientemente la del G8 en Italia) para que se llegara a un acuerdo en la llamada Ronda de Desarrollo de Doha. Sin embargo, la actual crisis brinda una oportunidad única para llevar a cabo una verdadera reforma”.
Así lo afirma el informe hecho público hoy “Promesas vacías. ¿Qué ha sido del ‘desarrollo’ en la Ronda de Doha de la OMC?”.

“Un acuerdo centrado en el desarrollo, como originalmente se prometió, es hoy más importante que nunca debido a que el mundo está sufriendo simultáneamente la peor crisis económica de los últimos 80 años, junto con los impactos de la crisis energética, de precios de los alimentos y del cambio climático.
Todas las estimaciones indican que los impactos se dejarán sentir con más intensidad en los países en desarrollo” afirma Jeremy Hobbs, Director ejecutivo de Oxfam International.
Como consecuencia, 50 millones de personas se quedarán sin empleo (principalmente mujeres), las remesas enviadas por los emigrantes se están desplomando y el crecimiento económico del África Subsahariana puede caer en un 70% este año arrastrando a otros 90 millones de personas a la pobreza.
El precio de los alimentos continúa extremadamente alto para los consumidores más pobres y se calcula que a final de 2008 unos 109 millones de personas han pasado a engrosar el número de personas que pasan hambre, cuya cifra total supone más de 1.000millones de personas.
Según el informe, en su formato actual Doha ha traicionado su promesa de poner el ‘desarrollo’ en el centro de sus decisiones y ocho años después de haber comenzado esta ronda, los países ricos se han salido con la suya convirtiéndola en una negociación de acceso a mercados agrícolas, de servicios, de propiedad intelectual, etc. Es decir, se ha dirigido a garantizar los intereses de los países desarrollados.
Las promesas de poner fin a los subsidios agrícolas que distorsionan el mercado se han relegado a lo marginal y las propuestas están dirigidas a mantener el status quo.

“Es muy seductor para los líderes mundiales invocar la triple crisis y declarar que una nueva ronda de negociaciones sobre comercio ayudará a atajar sus efectos. Bajo unas circunstancias perfectas, puede ser cierto que una ronda centrada en las necesidades de desarrollo de los países pueda marcar una diferencia. Pero el acuerdo que está hoy sobre la mesa es muy defectuoso y no ayudará a los países en desarrollo”, afirma Jeremy Hobbs.
Creemos que la OMC y la negociación multilateral sigue siendo el mejor escenario para avanzar en la consecución de un acuerdo comercial más justo y ambicioso, que ponga el comercio al servicio del desarrollo y que dé respuesta a los retos de la crisis. Lo que se necesita ahora es la misma voluntad que han tenido los países más ricos para atajar la crisis financiera en sus propias fronteras.
Según el informe, la crisis ha demostrado que el modelo actual ya no es válido y que la protección de los medios de vida de las personas no puede depender solamente de las fuerzas del mercado.
El desarrollo, más que la liberalización, tiene que ser el objetivo principal de las negociaciones y las reglas comerciales deben responder a las necesidades de las personas más vulnerables.

“Un acuerdo que continúe beneficiando a los agricultores más ricos y a las industrias de Estados Unidos y Europa pero que ignore o incluso debilite a los países en desarrollo y y a los agricultores pobres no resolverá nada”, afirma Jeremy Hobbs.

“Un acuerdo comercial de la ronda de Doha basado en los borradores actuales no será la solución a la actual crisis económica y de precios de alimentos. De hecho puede agravar la situación para muchas personas pobres que no han contribuido a crear el problema. Lo que hace falta es una negociación más transparente e inclusiva que ponga en primer lugar las necesidades de las personas más vulnerables y que asegure a los países en desarrollo la flexibilidad y las herramientas necesarias para garantizar el derecho a la alimentación y la viabilidad de sus industrias.”
Fuente: corresponsaldepaz.org

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