Con un intercambio sobre el “Documento del Movimiento Humanista” se
completaron los cuatro encuentros del Ciclo
de “Diálogos sobre Humanismo, una mirada hacia el ser humano y sus
posibilidades de liberación”.
Igual que las veces anteriores, después de una breve introducción, se
conversó ampliamente entre todos los partícipes.
Pressenza, Santiago de Chile. El primero de estos encuentros fue sobre “El Humanismo Universalista
como una respuesta para nuestro tiempo” y en él se desarrolló la idea de
un humanismo plural y convergente; un humanismo capaz de impulsar la
recomposición de las fuerzas sociales; un humanismo apto para crear una
nueva atmósfera de reflexión en la que no se opongan ya de modo
irreductible lo personal a lo social ni lo social a lo personal; un
humanismo creativo; en síntesis, un nuevo humanismo que teniendo en
cuenta las paradojas de la época aspire a resolverlas.
En el segundo encuentro referido a “El ser humano, intencionalidad y
no naturaleza” se discutió con las corrientes que sostienen la
existencia de una conciencia pasiva y de una naturaleza humana,
explicando que el Humanismo Universalista, en sentido opuesto, sostiene
la historicidad de lo social y que nada del ser humano existe por
“naturaleza” y que se afirma la actividad de su conciencia, actividad
transformadora del mundo, de acuerdo a su intención.
En el tercero, el tema fue la “Transformación social y personal
simultánea”, en el que, siempre en el marco de un mundo en crisis y
postulando de que es fundamental dar dirección a ese cambio inevitable,
se postuló que no hay otra forma de hacerlo que empezando por uno mismo.
Se propusieron en este sentido dos importantes propuestas para ir
ganando en coherencia personal y en la relación con el medio: “Pensar,
sentir y actuar en una misma dirección” y “Tratar a los demás como se
quiere ser tratado”. Se desarrollaron a continuación los conceptos de:
“paisaje de formación”; la libertad de elección –y por tanto lo
ineludible de optar entre la aceptación o la transformación de las
condiciones en que se nace– y, por último, la necesidad de una
revolución para romper con la entropía que produce el sistema cerrado en
que estamos, definiendo así sus características: “...una revolución
social que cambie drásticamente las condiciones de vida del pueblo, una
revolución política que modifique la estructura del poder y, en
definitiva, una revolución humana que cree sus propios paradigmas en
reemplazo de los decadentes valores actuales”
En este cuarto encuentro sobre “el Documento del Movimiento
Humanista, postulados para una nueva sociedad” se conversó primero sobre
la mirada que da origen a estos postulados, destacando tres
consideraciones previas: a) esta posición se plantea en referencia a las
condiciones en que el ser humano vive y no en cuanto a condiciones
abstractas o teorías; b) el Humanismo define al ser humano como ser
histórico y con un modo de acción social capaz de transformar al mundo y
a su propia naturaleza y c) una constante entonces en el ser humano es
su historicidad y este desenvuelve su experiencia personal en un paisaje
social, encontrándose que la intención común de superar el dolor y el
sufrimiento, propia de todos los seres humanos, es negada a muchos por
la intención de otros, vale decir, unos hombres naturalizan a otros al
negar su intención y los convierten en objeto de uso. Como síntesis
propositiva que surge de esta mirada se planteó la proclama: “Nada por
encima del ser humano y ningún ser humano por debajo de otro”.
Se vio que seis son los temas que se tocan sintéticamente en las
pocas páginas de esta suerte de “manifiesto”: El capital mundial; La
democracia formal y la democracia real; La posición humanista; Del
humanismo ingenuo al humanismo consciente: El campo antihumanista; Los
frentes de acción humanista.
En el primer capítulo del Documento se discuten las condiciones
económicas actuales, destacando cómo el capital financiero se transforma
en un Paraestado, al irse concentrando mundialmente, sometiendo a los
estados y haciéndose la banca cargo de las decisiones en todos los
niveles. También, cómo el gran capital domina no sólo la objetividad,
gracias al control de los medios de producción, sino también la
subjetividad gracias al control de los medios de comunicación e
información, disponiendo a gusto de los recursos materiales y sociales
convirtiendo en irrecuperable a la naturaleza y descartando
progresivamente al ser humano.
También de ese primer capítulo se destacó como para el Humanismo
existen como factores de la producción el trabajo y el capital, y están
de más la especulación y la usura; planteando la necesidad de que en la
actualidad es decisivo que la absurda relación establecida entre esos
dos factores sea totalmente transformada, permitiendo que la gestión y
dirección de la empresa sean compartidas.
En su segundo capítulo, postula que el edificio de la Democracia se
ha ido arruinando al resquebrajarse sus bases principales: la
independencia entre poderes, la representatividad y el respeto a las
minorías. No existe la teórica independencia entre poderes viéndose en
muchas partes del mundo las intimas relaciones que los ligan, mostrando
como todos son parte de un mismo sistema; por su parte, en el caso de la
representatividad, muchos eligen a pocos, pero estos pocos desde el
primer momento traicionan a los muchos, representando a intereses ajenos
al mandato recibido y, por último, las minorías acosadas por la
xenofobia y la discriminación, reclaman su reconocimiento y lo mismo
ocurre con en el conglomerado de un país que provincias enteras,
regiones o autonomías, padecen la misma discriminación de las minorías
merced a la compulsión del Estado centralizado, hoy instrumento
insensible en manos del gran capital.
Se expuso como se plantea en el Documento la necesidad de discutir el
tema del Humanismo espontáneo o ingenuo y ponerlo en relación con lo
que entendemos por Humanismo consciente; también se expuso la posición
humanista e igualmente el reconocimiento de la corrientes
antihumanistas; explicando finalmente la organización de los humanistas
en este momento en frentes de acción, que con mirada global, actúan
localmente.
En síntesis se dijo: “Los humanistas ponen por delante la cuestión
del trabajo frente al gran capital; la cuestión de la democracia real
frente a la democracia formal; la cuestión de la descentralización
frente a la centralización; la cuestión de la antidiscriminación frente a
la discriminación; la cuestión de la libertad frente a la opresión; la
cuestión del sentido de la vida frente a la resignación, la complicidad y
el absurdo...”
Igual que las veces anteriores, después de esa breve introducción, se
conversó ampliamente sobre estos tópicos, analizando cómo, dada las
condiciones de crisis actuales, estos pocos elementos pudieran ser un
aporte para que las distintas corrientes progresistas que luchan por
construir una salida humanista a esta situación pudiéramos converger en
una dirección común.
Se destacó entre los asistentes la utilidad que estos Diálogos habían
tenido para todos los que participamos, así que acordamos realizar un
segundo ciclo de “Diálogos...” que pudiera iniciarse el miércoles 3 de
septiembre y que sería avisado en la pagina de UMBRAL: www.facebook.com/CentroCulturalUmbral
sábado, 21 de julio de 2012
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