Asunción, 28 jul (PL). El ya histórico debate sobre la tenencia de la
tierra en Paraguay se mantuvo con fuerza entre campesinos y el actual
gobierno durante la semana que termina.
Los miles de labriegos que continúan viviendo en carpas junto a sus
familias a la vera de importantes latifundios en zonas del país, no solo
ratificaron sus demandas de parcelas de tierra a las entidades
oficiales, sino que ocuparon un nuevo espacio en el este del territorio.
Los llamados carperos se instalaron también en unas 500 hectáreas de la
hacienda JP, la cual tiene una extensión de tres mil 334 hectáreas, en
las cercanías de Curuguaty, a apenas dos kilómetros de Campos Morombi,
donde el pasado junio murieron 17 personas durante un intento de
desalojo.
El título de propiedad de esta importante hacienda,
según se informó a la prensa, se encuentra a nombre de una ciudadana
brasileña y los campesinos ocupantes, del Movimiento Agrario Paraguayo,
forman parte de los contingentes que alegan ilegalidad en la tenencia
de tierras en la zona.
El nuevo caso se une a los problemas
existentes por la concentración de miles de familias de los sin tierras
acampados, tanto en la zona de Ñacunday como en la de la propia de
Campos Morumbi.
En esta ultima ya es algo probado, incluso para
las autoridades del Instituto de la Tierra, que miles de hectáreas
pertenecientes al Estado fueron apropiadas, con complicidad de jueces y
fiscales, por el exsenador del Partido Colorado Blas Riquelme.
Definitivamente ese era el viejo planteamiento de los labriegos
acampados en las cercanías y una de las causas principales del
enfrentamiento durante el cual perdieron la vida 11 campesinos y seis
policías.
Mientras tanto, en Ñacunday, la situación se complicó
en las últimas horas al rechazar los sin tierras un censo realizado por
funcionarios estatales que, según ellos, arrojó la estancia en el lugar
de apenas mil 200 personas.
Tal procedimiento fue impugnado por
los carperos que aseguraron la existencia de casi cinco mil familias e
irregularidad del censo, incompleto por falta de planillas y por la
acción policial para impedir el reingreso al campamento de centenares de
sus residentes .
Más allá de todo lo sucedido, los próximos
días y semanas serán importantes para comprobar si el debate entre las
dos partes arroja soluciones a tan delicada situación, derivada de la
injusta distribución de la tierra existente en Paraguay.
Fuente: Prensa Latina.
sábado, 28 de julio de 2012
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