martes, 15 de junio de 2010

MÁS ALLÁ DE LA PULSEADA POR UN MÉDANO.


Nuevamente, un molesto grano de arena se introduce en el zapato del “progreso” y una maqueta 3D ideada en una oficina, vale más que 5.000 años de proceso natural ajustando delicados equilibrios en la costa.
Un proyecto de 24 millones de dólares en la costa de Villa Gesell renueva el conflicto político y social. Se trata de 4 complejos urbanísticos residenciales sobre la línea de costa cuya construcción demanda la remoción de 400 metros del cordón frontal de médanos costeros. Mientras el gobierno municipal afirma que todo el procedimiento cumple con las normas vigentes, la falta de acceso a la información encrespa los ánimos de numerosos vecinos y organizaciones.
Los procesos de ocupación del territorio en relación a los servicios ecosistémicos que aporta la naturaleza, carecen aún de una visión integrada de largo plazo. No se visualizan los escenarios futuros derivados de la pérdida del patrimonio paisajístico y cultural que surgen de la ocupación y desmembramiento de los hábitats naturales, ni el impacto socioeconómico que implica la creciente fragmentación.
No escapa tampoco a esta observación que la consagración en la normativa del derecho en materia ambiental si bien es esencial no resulta suficiente, aun existe indefensión en la protección de los distintos ecosistemas costeros y sus componentes. La falta de responsables cuando se producen los daños es quizás una de las asignaturas pendientes en la norma, “cuya plena vigencia impone un verdadero cambio cultural, tanto a nivel social como gubernamental” (Sabsay, en Esaín 2006).
Los habitantes costeros tomamos cada vez mas conciencia que los médanos constituyen la protección natural de la costa –y por ende de nuestras construcciones urbanas- ante la incidencia de tormentas. Son también el hábitat de especies animales y vegetales que solo se desarrollan en esos ecosistemas y actúan como reservorios dinámicos de arena para retroalimentar las playas. Efectivamente, cabe recordar que las playas constituyen ese objeto de deseo por el cual existe el desarrollo turístico.
¿Acaso no son éstas suficientes razones para conservarlos?
Fuente: Foro ProCostas - Foro Promotor para la Gestión Costera Bonaerense.
Web: http://www.procostas.org

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