sábado, 19 de junio de 2010

“NO CHAINS”, MÁS QUE UNA MARCA DE ROPA.


¿Qué tienen en común Argentina y Tailandia? A simple vista poco si exceptuamos la coincidencia de que ambas capitales empiezan con la letra B: Buenos Aires y Bangkok. Sin embargo, una mirada más profunda nos descubre una similitud: la lucha para combatir el trabajo esclavo.
Ese esfuerzo conjunto por lograr condiciones dignas de trabajo dejó atrás las lógicas diferencias de idioma e idiosincrasia. Dos organizaciones, “Retorno a la Dignidad” (Dignity Returns) de Tailandia y la Cooperativa “La Alameda” de Argentina, lanzaron recientemente la primera marca global libre de trabajo esclavo “No Chains” (Sin cadenas) con la que reivindican un empleo decente, basado en una economía autogestiva y sostenible. La primera producción de remera o t-shirts ya está a la venta. Cada prenda cuesta unos 15 dólares. Los estampados fueron seleccionados en un concurso solidario que contó con el aporte de diseñadores de Corea del Sur, Filipinas, Estados Unidos, Hong Kong y Argentina.
Si bien muchísimos kilómetros de distancia separan a ambos emprendimientos, los orígenes de las dos cooperativas muestran similitudes.

Retorno a la Dignidad.
Dignity Returns surge en Bangkok como consecuencia del cierre en octubre de 2002 de la fábrica textil Bed & Bath Factory que producía para grandes marcas deportivas. Como ellos mismos relatan en su página web, los 900 empleados se encontraron de la noche a la mañana con la fábrica cerrada y sin un centavo de compensación económica. Unos 400 trabajadores decidieron luchar por sus derechos y, como forma de presión, acamparon en la planta baja del Ministerio de Trabajo tailandés durante tres meses. Finalmente en enero del 2003 el gobierno reconoció sus demandas y facilitó la compra de máquinas industriales de costura. Cuarenta de esos trabajadores, en su mayoría mujeres, crearon su propio Grupo de Fábrica Solidaria, la primera fábrica obrera en la historia de Tailandia que produce actualmente indumentaria bajo la marca Dignity Returns.

La Alameda.
La Alameda nace como movimiento social a raíz de la crisis argentina de 2001. Esta cooperativa se originó al calor de los fogones de las ollas populares que alimentaban al ingente número de desempleados e inmigrantes ilegales, en su mayoría bolivianos y peruanos, que trabajaban en los talleres clandestinos de la industria textil argentina. Un incendio desatado en uno de los talleres dejó al descubierto el calvario de las víctimas de la explotación laboral. Los costureros y sus familias trabajaban y vivían hacinados en los talleres, desarrollaban agotadoras jornadas laborales y recibían a cambio sueldos miserables. Frente a esta situación La Alameda se transforma en una Unión de Trabajadores costureros, una plataforma de lucha en favor de la erradicación del trabajo esclavo y el cierre de los talleres clandestinos. Las denuncias de irregularidades no se hicieron esperar. Uno de los primeros denunciantes ha sido Gustavo Vera, presidente de La Alameda, quien nos recuerda el caso de la argentina Graciela Naum, una de las diseñadoras favoritas de la princesa Máxima de Holanda. En 2006 Vera comprobó que en el taller donde la diseñadora confeccionaba ropa se utilizaba mano de obra esclavizada e indocumentada. Al darse a conocer la noticia la princesa decidió dejar de adquirir las prendas de Naum. Entretanto la diseñadora ha regularizado la situación laboral de sus empleados.

Expansión.
Los caminos de las dos cooperativas confluyen por primera vez en diciembre de 2008 en Lima, Perú, durante una conferencia de la Organización Internacional del Trabajo. El segundo encuentro, en marzo del 2009 en Asia, sirvió para delinear el nuevo desafío que se ha concretado este mes de junio con el lanzamiento simultáneo en Buenos Aires y Bangkok de la marca global No Chains.
Ahora ha llegado el turno de la expansión y no sólo en la variedad de prendas de vestir sino también en la solidaridad con otras iniciativas en el sudeste asiático (Corea del Sur, Indonesia, Filipinas y Tailandia ) y con cooperativas de costureros de Centroamérica, Brasil, Bolivia y Uruguay.
Como se puede ver Tailandia y Argentina tienen algo muy importante en común:“No chains”. Más que una marca, se ha convertido en un tejido global que promueve el trabajo digno y sostenible en un mundo empresarial o industrial sin cadenas.
Fuente: Radio Netherland.

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