Guatemala, 1 nov (PL) Diversas voces en Guatemala aplauden hoy la
aprobación de la Ley contra el Enriquecimiento Ilícito, la cual busca
sancionar a funcionarios y empleados públicos implicados en corrupción,
flagelo definido por la vicepresidenta Roxana Baldetti como un monstruo
de mil cabezas.
La Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala (Cicig) y
varios analistas locales manifestaron su apoyo a esta legislación,
ratificada hace dos días luego de permanecer congelada 10 años en el
Congreso.
"Ese instrumento ayudará a combatir un fenómeno
criminal y social complejo que causa la ineficiencia e inoperancia del
aparato estatal, afectando, asimismo, su patrimonio", manifiesta al
respecto la Cicig en un comunicado.
Por su parte, Ramón Cadena,
de la Comisión Internacional de Juristas, comentó al diario local Siglo
21 que ahora el Ministerio Público debería trabajar en una política de
persecución penal de los delitos que fueron tipificados para lograr
resultados eficaces.
También es importante el castigo por el uso
de parientes, amigos o gente cercana como pantallas, algo utilizado
constantemente para tener acceso a fondos del erario público, de acuerdo
con Ana María de Klein, del Movimiento Pro Justicia citada por ese
periódico.
Este martes el Parlamento guatemalteco sancionó dicha
ley, la cual prevé castigos penales para quienes cometan el delito de
corrupción en las oficinas públicas mediante el cobro de comisiones,
tráfico de influencias, nombramientos ilegales y el cohecho pasivo y
activo.
Según el documento legal, incurre en peculado por
sustracción el funcionario o empleado público que evada o consintiere
que otro hurte dinero, efectos o bienes bajo su custodia.
Por
esa transgresión está contemplado que el acusado cumpla de cinco a 10
años de cárcel y pague una multa de 10 mil a 40 mil quetzales (mil 264 a
cinco mil 57 dólares).
Una condena de dos a seis años de
prisión y una multa de 20 mil a 50 mil quetzales (dos mil 528 a seis mil
321 dólares) cargará quien emplee caudales o bienes en un uso diferente
al destinado, señala la normativa.
Culpable de enriquecimiento
ilícito, precisa, es quien obtenga para sí mismo o cualquier individuo
un beneficio patrimonial, un incremento en su nivel de gastos o
cancelación de deudas u obligaciones, derivado del ejercicio del cargo o
de algún ingreso imposible de justificar.
En ese caso la multa
será de 50 mil a 500 mil quetzales (seis mil 321 a 63 mil 211 dólares) y
el castigo tras las rejas abarcará de cinco a 10 años.
Baldetti
ha admitido que son incontables los niveles de corrupción en el Estado,
situación que comparó con un monstruo de mil cabezas.
Tuve ocho
años de perseguir a corruptos de ser la mayor fiscalizadora del
Gobierno, pero me quedé corta: realmente lo que hay aquí dentro en el
Estado es un monstruo de mil cabezas, afirmó Baldetti en una anterior
entrevista concedida al diario local Prensa Libre.
Fuente: Prensa Latina
jueves, 1 de noviembre de 2012
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