por Nelsy Lizarazo
Pressenza. Cerca de trescientas personas, representantes de organizaciones,
movimientos, academia, organismos internacionales y organismos de
Estados, respondieron a la convocatoria del gobierno ecuatoriano, a
través del Ministerio Coordinador de Patrimonio, para retomar algunos
temas clave que, a pesar de ser del interés de múltiples espacios (o tal
vez por ello), no fueron suficientemente situados en el documento
final.
A lo largo de varios paneles y grupos de trabajo se llevó adelante un
balance de resultados de la cumbre de Río, con una perspectiva crítica
de dichos resultados. Se profundizaron elementos en torno a otros modos
de convivencia, alternativas al desarrollo y para la sustentabilidad y
se retomaron dos propuestas impulsadas especialmente en la Cumbre
oficial y en la Cumbre de los Pueblos el pasado mes de junio, en Río de
Janeiro: la Declaración Universal de los Derechos de la Naturaleza y el
Tribunal Internacional para juzgar crímenes contra el futuro de la
Humanidad, por los derechos de las futuras generaciones.
Estas dos propuestas concretas fueron enriquecidas desde distintas
disciplinas. Con una mirada también crítica, l@s participantes
coincidieron en que, cualquiera de estas dos propuestas y otras
requieren una presión mucho más fuerte desde la sociedad. El intelectual
brasileño Elimar Pinheiro do Nascimento fue enfático al afirmar que “no
hemos logrado que la gente crea realmente que hay que cambiar. La
mayoría d ellas personas no percibe aún el problema, no lo cree y por lo
tanto, no siente que el cambio es indispensable”.
Desde la perspectiva de Pinheiro es urgente una estrategia integral y
robusta en la que convergan elementos claves: un discurso que no esté
asentado en la amenaza sino en la motivación al cambio; estrategias que
recojan las diversas respuestas, no hay respuesta única, pues las
respuestas están cruzadas por elementos territoriales, culturales, etc.
En tercer lugar, la urgencia de articular los niveles local, nacional y
global. No es posible articular lo local a global o viceversa, sin pasar
por lo nacional. Por otra parte, cualquier estrategia de cambio es
política. Pinheiro afirmó que la estrategia del Desarrollo Sostenible
fue creada en un proceso despolitizador. Deconstruirla significa
necesariamente politizar las alternativas. Finalmente afirmó que “no hay
cambio si se cambia el pensamiento, las percepciones, los valores”. El
cambio es, esencial, por lo tanto, cultural.
lunes, 15 de octubre de 2012
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