Uno de los casos fundamentales se genera alrededor del latifundio en manos de Ulises Teiseira, en la zona de Santa Rosa del Aguaray, en el departamento de San Pedro, varias veces invadido por los campesinos que lo acusan de tenencia ilegal de más de 23 mil hectáreas.
En realidad, el propio Instituto de la Tierra reconoció durante el Gobierno del destituido presidente Fernando Lugo la irregularidad de la apropiación, por lo menos, de una parte de esos terrenos por parte de Teixeira y ello provocó varios intentos de ocupación por los labriegos.
Un llamado de alerta sobre la situación actual ocurrió en las últimas horas cuando una columna de campesinos sin tierra entró en forma de advertencia en terrenos de la hacienda, con el rostro cubierto con pasamontañas y esgrimiendo algunas escopetas y otras armas.
Esa acción fue cubierta por un canal de televisión, al cual hicieron declaraciones los ocupantes, quienes señalaron que si el Gobierno no cumple con el compromiso adoptado de intervenir esos terrenos volverán para instalarse en ellos y resistir cualquier desalojo.
En el propio departamento de San Pedro, un contingente de carperos, como se llama a los campesinos que por falta de tierras viven en carpas a las orillas de latifundios, anunció que ocuparán más de cuatro mil 500 hectáreas en manos de estancieros apoyados por las autoridades.
En Ñacunday, departamento de Alto Paraná, donde hay miles de familias de carperos, la impaciencia por el incumplimiento gubernamental de asignarles tierras, hizo que la situación se torne explosiva ante la decisión de una parte de ellos de no seguir esperando por el Gobierno.
Otros lugares en el norte y este del país vuelven a ser foco de atención en este sentido, al llegar la primavera y la época de siembra, único modo de subsistencia para los miles de labriegos en espera.
Fuente: Prensa Latina.
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