Naciones Unidas, 15 sep (PL). El Consejo de Seguridad de la ONU condenó
"la serie de violentos ataques contra embajadas e instalaciones
consulares de Estados miembros en múltiples lugares", en una declaración
difundida hoy aquí.
La denuncia subraya ese repudio en los términos más enérgicos y expresa
la profunda preocupación de ese órgano de 15 miembros ante las acciones
registradas en los dos últimos días en numerosos países.
Las
protestas comenzaron el pasado martes en la ciudad de Bengasi contra la
sede del consulado de Estados Unidos, un asalto en el que resultaron
muertos el embajador norteamericano en Libia, Christopher Stevens, y
otros tres diplomáticos.
Las demostraciones repudian la
producción de una cinta estadounidense titulada La inocencia de los
musulmanes, considerada una ofensa al Islam y el profeta Mahoma.
En su comunicado, el Consejo de Seguridad recuerda "la naturaleza
pacífica de los predios diplomáticos" y asegura que sus funcionarios
tienen como objetivo la promoción de un mejor entendimiento entre los
países y culturas.
Agrega que los ataques contras esas
instalaciones son injustificables, sin importar sus motivaciones, ni
dónde ni por quién sean cometidos.
Finalmente, reitera los
principios fundamentales de la inviolabilidad de las sedes diplomáticas y
consulares y la obligación de los gobiernos de protegerlas y de
prevenir la alteración de su tranquilidad.
En solo cuatro días
la ola de manifestaciones antinorteamericanas alcanzó a más de una
decena de países, entre ellos Egipto, Yemen, Marruecos, Sudán, Túnez,
Bangladesh, Sri Lanka, Afganistán y Reino Unido.
La víspera, el
secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, denunció el uso de la
libertad de expresión para provocar la intolerancia y el derramamiento
de sangre, al condenar el filme producido en Estados Unidos.
La
explotación de la ira de las personas solo alimenta la recriminación y
la violencia sin sentido, dijo el titular de Naciones Unidas, quien al
mismo tiempo criticó las acciones violentas registradas en el mundo.
Ban Ki-moon calificó de aborrecible la película, "diseñada para sembrar
la cizaña de la intolerancia y el derramamiento de sangre".
Por
su parte, la alta comisionada de la ONU para los derechos humanos, Navi
Pillay, dijo que el documental es malicioso y deliberadamente
provocativo.
El material refleja una imagen vergonzosamente
distorsionada de los islamistas, apuntó la funcionaria en una
declaración emitida en Ginebra.
Fuente: Prensa Latina.
sábado, 15 de septiembre de 2012
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