La oposición, parte del oficialismo, estudiantes y empresarios chilenos
criticaron la reforma tributaria para financiar la educación anunciada por el presidente Sebastián Piñera, quien pidió al Congreso
que apruebe los cambios. "Cuando un presidente pide por Chile no se
humilla", dijo Piñera al presentar su propuesta.
Pressenza, Santiago de Chile. "Le pido a todos los parlamentarios, de Gobierno y oposición que nos
ayuden a sacar adelante estas dos grandes reformas que yo espero le
cambien el rostro a nuestro país", demandó Piñera desde un jardín de
infantes en Santiago al que visitó esta mañana tras anunciar anoche una
amplia reforma tributaria para poder financiar los cambios que hace tres
días propuso para el sistema educativo.
El mandatario también se dirigió a los estudiantes, a quienes les
explicó que "la sociedad entera está haciendo un enorme esfuerzo para
llevar más recursos a la educación" y les pidió que "asuman su propio
compromiso", según reportaron los diarios El Mercurio y La Nación y
Radio Cooperativa.
"Depende de ustedes y aprovechen esta oportunidad para que puedan
desarrollarse en plenitud y ser felices. Ese es el objetivo central de
esta reforma educacional y tributaria", comunicó el presidente, a quien
las masivas y reiteradas protestas estudiantiles por una eduación
gratuita y de calidad le generaron desde el año pasado una crisis de
gobierno y el derrumbe del apoyo en las encuestas.
Esta semana el gobierno envió al parlamento la reforma educativa que
básicamente busca quitar de la órbita de la banca privada los créditos
con los que los estudiantes universitarios costean sus carreras y
financiarlos con préstamos a tasas más bajas otorgados por el Estado,
entre otras medidas.
Para ello, Piñera señaló que se necesitarán más recursos que los mil
millones de dólares incluidos en el Presupuesto 2012 para Educación, por
lo que anoche anunció el proyecto de reforma tributaria, con el que
busca entre 700 y mil millones de dólares adicionales, que, según
prometió, serán destinados en un 100 por ciento al área.
El gobierno busca engrosar la caja para este fin con un aumento del
17 al 20 por ciento del impuesto permanente sobre las utilidades de las
empresas y al 40 por ciento sobre las bebidas alcohólicas.
También la eliminación de exenciones; creación de nuevo mecanismo
para afrontar las variaciones de los precios internacionales; gravámenes
a bienes que afecten negativamente al medioambiente, y descuento de
hasta el 50 por ciento en la carga tributaria por gastos en educación
para la clase media, entre otras medidas fiscales.
Desde el Congreso, donde las reformas se tratarán a partir del lunes,
las reacciones fueron variadas y sin distinción de pertenencia
política. Legisladores oficialistas manifestaron su apoyo y otros
pronunciaron duras críticas, mientras que en la oposición, algunos
rechazaron de plano las propuestas y un grupo rescató las buenas
intenciones del gobierno aunque coincidió en que las medidas son
insuficientes y propuestas por las circunstancias.
El senador Ricardo Lagos Weber, vicepresidente del Partido por la
Democracia (PPD), miembro de la opositora Concertación, adelantó que no
acompañará la propuesta con su voto y consideró los anuncios como un
"escuálido ajuste" que recaerá sobre la gente que ya tributaba mientras
que el esfuerzo pedido a las grandes empresas y a los más ricos "es
bastante poco".
Esta reforma "carece de convicción y de corazón porque no estaba en
el deseo del gobierno realizarlo" y "refleja a un gobierno que se vio
forzado por la calle a hacer una propuesta de ajuste", evaluó el
senador.
El presidente de la oficialista Unión Democrática Independiente
(UDI), el diputado Patricio Melero, sostuvo que con la propuesta
tributaria el mandatario "no resuelve ni por la mitad los problemas que
están pidiendo los chilenos financiar con cargo al Estado" y le comunicó
a Piñera: "no se preocupe, yo no voy a aprobar esta reforma pero no la
voy a boicotear".
"Mucho ruido y pocas nueces", describió el senador de la UDI Hernán
Larraín la iniciativa de La Moneda y aunque sostuvo que la propuesta va
en buena dirección, "la educación seguirá esperando".
Tanto el diputado socialista Carlos Montes como el senador demócrata
cristiano Ignacio Walker valoraron la intención del Ejecutivo y
señalaron que analizarán en detalle los proyectos pero plantearon que
las reformas plantean dudas y que las medidas son insuficientes.
Desde el partido del presidente, Renovación Nacional (RN), el
diputado Joaquín Godoy resaltó la necesidad de lograr un "acuerdo
amplio" con la oposición para sacar los proyectos, a los que consideró
"super bien enfocados", mientras que su colega de la UDI Gustavo Hasbún
evaluó que van "en el carril correcto" y "mejorarán la calidad de vida"
de los chilenos.
Entre los sectores directamente afectados por los anuncios, el
presidente de la Confederación de la Micro, Pequeña y Mediana Empresa
(Conapyme), Juan Araya, consideró buena la intención de las reformas
pero calificó la tributaria como "la nada misma" y se quejó de que
Piñera excluyó de convocatoria a consulta a la entidad que dirige.
En tanto, el presidente de la Federación de Estudiantes de la
Universidad de Chile (FECH)", Gabriel Boric, advirtió que "los
estudiantes no están disponibles para realizar meros maquillajes y
ajustes al actual sistema" sino para "cambiar su esencia".
"Esta reforma si se aprobara tal como está es el claro ejemplo de las
reformas gatopardistas, cambiar algo para que todo siga igual", sostuvo
y reseñó que los cálculos más conservadores indican que se requieren
3.500 y 4 mil millones de dólares anuales para un cambio estructrual en
el sector.
sábado, 28 de abril de 2012
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
0 comentarios:
Publicar un comentario