martes, 3 de agosto de 2010

OKTUBRE Y UNA NOTICIA EXCLUSIVA.


Por Víctor Ego Ducrot (foto). Periodista, escritor y profesor universitario.

La nueva Ley de Medios, y podría agregarse la reciente sobre matrimonio igualitario, exceden sus asuntos específicos y las adhesiones partidarias originales, significan un ámbito de confluencia política desde el cual aportar para la profundización de la propuesta de país que creó las condiciones para que estos nuevos escenarios sean una realidad tangible.
Esta semana comenzamos con una noticia, casi exclusiva, que me reservo para dentro de unos párrafos; en este sólo cierto adelanto: un gran acto para el 10 de octubre próximo, dicen que en el estadio cerrado más grande de Buenos Aires.
Por ahora comencemos con lo que sigue: “¡Me voy a ahogar! / ¡Me voy a pique! ¡Glu-glu! / ¡Me está por hundir mi fiel fantasma Bu-Buuu!.. / Seré promovido para Navidad / ¿cómo no se nos ocurrió? / ¿No vas a esperar que enfríen a tu amigo? / si ya conocés la forma novedosa / ¡Divina TV Führer mi amor!”. Debo confesarlo; no fui ni soy entusiasta del rock –salvo cuando veo a Diego Capusotto y sus videos, a mi modesto entender el mejor crítico cultural del país–, pero elegí un título de los Redondos como comienzo de este texto porque “Divina TV Führer”, del disco Oktubre, cae como anillo al dedo para calificar la sensación que provoca el paso del tiempo y del espacio por las pantallas de los grandes canales de la televisión privada; tuvo razón Amado Boudou cuando el domingo pasado dijo frente a las cámaras de Canal 7 que esos medios ya no nos cuentan ni aproximaciones la realidad.
Ayer informó la agencia Télam: “el titular de la Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual, Gabriel Mariotto, anticipó que en agosto se va a firmar el Decreto Reglamentario de la Ley 26522 de Servicios de Comunicación Audiovisual. Importantes grupos (de medios) ya se han inscripto para adecuarse a la nueva norma. Los foros abiertos y participativos, que recorren el país para captar las propuestas para la reglamentación de la nueva legislación, se van a cerrar hoy (por ayer) y en agosto vamos a estar en condiciones de firmar el decreto reglamentario para la aplicación de todos los artículos de la ley”.
En pocas palabras, estamos a pocos días de que la democracia cumpla, finalmente, con una deuda que venía arrastrando por más de dos décadas; sin lugar a dudas algo para festejar a lo grande. Algunos de los especialistas, dirigentes y militantes que más arduamente trabajaron para que sea realidad lo que el martes anunció Mariotto no piensan en fiestas ni en brindis. A partir de la mejor tradición de la Universidad Pública, que consiste en reconocer el carácter político del conocimiento y de sus mecanismos de transmisión, articulando a la aulas con el conjunto de la sociedad, en particular con los sectores más populares, un grupo de docentes, académicos y estudiantes del área Comunicación de todo el país decidieron impulsar un proyecto que extienda o expanda la nueva Ley de Medios, más allá del ámbito específicamente mediático.
La, en principio, denominada Corriente por una Comunicación Nacional y Popular tiene como referencias concretas a Gabriel Mariotto, titular del AFSCA y ex decano de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de Lomas de Zamora (UNLZ); a Alejandro Verano, ex decano de la Facultad de Periodismo y Comunicación Social de Universidad Nacional de La Plata (UNLP) y actual integrante del directorio de Radio y Televisión Argentina Sociedad del Estado (RTA); a Santiago Aragón, decano de la Facultad de Ciencias Sociales de la UNLZ; a Ernesto Espeche, director de la carrera de Comunicación de la Universidad Nacional de Cuyo (UNCuyo) y a Gustavo Bulla, académico de la UBA, entre otros.
Los principales impulsores de la iniciativa prevén incorporar actores universitarios, sociales y mediáticos del más amplio espacio popular y democrático, con la intención de que las actividades de la Corriente puedan alcanzar dimensión nacional; y aspiran a presentarse en sociedad en forma contundente: con un acto público en el Luna Park, el 10 de octubre próximo o en fecha muy cercana a esa, primer aniversario de la sanción por el Congreso Nacional de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual. Todo un desafío.
Sin embargo, los datos más interesantes del proyecto en cuestión son, por su originalidad, el diagnóstico del cual parten y la puesta en escena política de un principio teórico que muchos de los que estamos en estos menesteres de la docencia universitaria especializada en medios planteamos en forma cotidiana, en las aulas y fuera de ellas: la capacidad de influencia de las poderosas concentraciones mediáticas es inversamente proporcional a la capacidad de organización, participación y movilización de los sectores populares.
El análisis que hacen estos académicos y dirigentes consiste en que la nueva Ley de Medios, y podría agregarse que la reciente sobre matrimonio igualitario también, exceden sus asuntos específicos y las adhesiones partidarias originales, significan un ámbito de confluencia política desde el cual aportar para la profundización de la propuesta de país que hizo posible o creó las condiciones institucionales para que estos nuevos escenarios de amplificación democrática sean una realidad tangible. Es entonces desde el principio teórico sintéticamente descripto en el párrafo anterior y a partir del mencionado diagnóstico que la flamante Corriente se inscribe como parte activa del movimiento nacional que encabezan la presidenta Cristina Fernández y el titular del PJ, Néstor Kirchner, y como apuesta horizontal y amplificadora de ese mismo espacio.
La Corriente, reconocen sus principales referentes, es original pero también ambiciosa, y no sólo por aspirar a un acto de lanzamiento en el Luna Park, sino porque admiten –¡y qué saludable es que lo hagan!– que el conocimiento y sus formas de transmisión en un sentido popular son, se quiera o no, factores de una ecuación que solamente se resuelve en clave de dimensión política. Por eso se plantean objetivos inmediatos, como aportar para que en las elecciones del año próximo se consolide el proceso político que el sedicioso Grupo Clarín cree que descalifica cuando lo bautiza K; y de mediano y más largo plazo, como la capitalización de todo trabajo territorial para que la realidad plantada por los grandes medios sea discutida desde la sociedad misma, desde lo barrios, por ejemplo; y para que estos tengan voz propia, política y democráticamente organizados, en la creación de contenidos informativos, de esparcimiento y de todo género, de cara al nuevo mapa mediático abierto con la vigencia de la Ley 26.522.
Por último, y casi a título de sugerencia desde esta columna: que las autoridades de RTA, que administran el sistema nacional de medios, pongan micrófonos y pantallas, en la medida de lo posible, para que puedan difundirse los trabajos de producción colectiva y popular que obviamente se proponen desarrollar quienes han pensado a esta novedosa Corriente por una Comunicación Nacional y Popular, la misma que aspira a llenar un Luna Park; porque pese a que “yo no soy de aconsejar”, no sea cosa de estar “jodiendo al personal” y tengamos que “poner en Río ese restaurant… que te quitó el sueño, el sueño”.

Fuente: Tiempo Argentino.

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