martes, 3 de agosto de 2010
EL PRINCIPIO DEL FIN PARA EL USO DE LAS BOMBAS DE RACIMO.
El 1º de Agosto entró en vigor la Convención que prohíbe el uso de estas armas, responsables de la muerte de unos 10,000 civiles en los últimos años. Queda camino por delante: Estados Unidos, China, Israel, Rusia y Brasil no han firmado, y 146 instituciones que aún financian esta industria de la muerte, están en situadas en las mayores economías del mundo.
Con el inicio de Agosto entró en vigor la Convención sobre Municiones en Racimo que prohíbe la producción, el empleo, la transferencia de estas armas. Con esta medida, los estados que aún no firman el acuerdo internacional (Estados Unidos, China, Israel, Rusia y Brasil) también serán regulados por el instrumento legal aprobado.
La Convención pondrá término al empleo de un arma que ha causado la muerte y discapacidades a miles de civiles durante décadas, y permitirá también abordar sus consecuencias.
El empleo de esa arma en los últimos 50 años ha demostrado que las municiones en racimo son armas que carecen de precisión y fiabilidad, y que continúan causando muertes y amputaciones mucho tiempo después de haber sido usadas.
La Convención responde de manera general a ese problema humanitario al prohibir el empleo, la producción, el almacenamiento y la transferencia de municiones en racimo. A su vez, compromete a los Estados a limpiar las zonas contaminadas, destruir las reservas existentes y asistir a las víctimas en forma individual y a la comunidad en general.
La Convención también establece una norma de derecho internacional humanitario que deben tomar en consideración los Estados que aún no se han adherido al instrumento. Su existencia ya ha comenzado a afectar sus políticas y sus prácticas.
Esas bombas son armas que al ser lanzadas se abren y esparcen cientos de municiones en áreas extensas. Muchas quedan sin explotar y amenazan la vida y subsistencia de la población civil décadas después de los conflictos.
Queda camino por delante para su total eliminación
Todavía el pasado mes de abril (de 2010), un informe de diversas organizaciones antibelicistas dio a conocer que al menos 146 entidades financieras de 16 países invierten y prestan servicios financieros por valor de 43,000 millones de dólares a siete empresas fabricantes de bombas de racimo.
Al igual que las minas terrestres antipersona, el coste humano y económico de estas bombas está sobradamente probada y la ONU calcula que las bombas de racimo han matado y herido a más de 10,000 civiles en los últimos 40 años, de los cuáles el 40% son niños. Y las cifras de víctimas continúan creciendo porque el efecto de estas bombas no termina cuando terminan los conflictos, ya que muchas quedan sin explotar y escondidas en el suelo.
A pesar de esto, las principales entidades financieras del mundo siguen financiando a los siguientes fabricantes de bombas de racimo y de componentes para las mismas:
Alliant Techsystems ATK (EEUU), Hanwha (Corea del Sur), L-3 Communications (EEUU), Lockheed Martin (EEUU), Poongsan (Corea del Sur), Singapore Technologies Engineering (Singapur) y Textron (EEUU).
De estas 146 entidades, 102 pertenecen a países que aún no han firmado la Convención sobre Municiones en Racimo, y algo más de la mitad son de Estados Unidos. 16 entidades tienen su sede en cuatro países que han firmado y ratificado la Convención, como Francia, Alemania, Japón y España (BBVA, con inversiones en Lockheed Martin) y 28 en países que han firmado pero todavía no han ratificado la Convención.
De las 146 entidades que invierten en fabricantes de municiones de racimo, 32 pertenecen a la Unión Europea, y 31 de ellas son países de la UE que han firmado la Convención sobre Municiones en Racimo.
La ONU se congratula del paso dado
El Secretario General de la ONU, Ban Ki-moon, por su parte, expresó satisfacción por la entrada en vigor el pasado primero de agosto de la Convención sobre Municiones en Racimo.
Ban sostuvo que la entrada en vigor de la Convención demuestra el poder de la colaboración entre los gobiernos, la sociedad civil y las Naciones Unidas para cambiar las actitudes y políticas sobre las amenazas que afronta la humanidad.
Connor Fortune, encargado de prensa de la Coalición que impulsó la adopción del instrumento, destacó la importancia de la entrada en vigor del “tratado de desarme más importante de la última década”.
“Va a prohibir todas las bombas de racimo en los países que han firmado y ratificado el tratado”, subrayó.
Agregó, sin embargo, que Estados Unidos, China, Israel, Rusia y Brasil figuran entre las naciones que siguen produciendo las municiones en racimo, y no han suscrito la Convención.
Fuente: Corresponsal de paz.
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