jueves, 3 de junio de 2010

Artista holandés diseca al ser humano.


Esculturas de vísceras y órganos; instalaciones que muestran cómo reciclar a una persona o cómo utilizarla en la cadena de producción. El artista holandés Joep van Lieshout realiza grandes esculturas que llaman la atención a nivel internacional. Actualmente, el artista expone en un enorme almacén del puerto de Rótterdam.

Febril actividad en un gran edificio industrial sobre el muelle. Una elevadora transporta una caja. Junto a un andamio, un hombre con una instalación de recipientes y tubos, los que interconecta. El hombre es Joep van Lieshout. “Sí, el espacio es magnífico. Cinco mil metros cuadrados, gigantesco”, comenta Van Lieshout. “Pero no sólo la superficie es excepcional, sino también la altura. Son 35 metros; es como una catedral de la industria”.
La empresa portuaria Rótterdam invitó al Museo Booijman van Beuningen a realizar exposiciones en este antiguo barracón para submarinos. El espacio es necesario para las enormes obras y el taller de Joep van Lieshout.

Sistemas.
Por ejemplo hay una especie de embutido morado, parado con sus dos metros de altura, y con una cola de metros de largo. Bajo el embutido, se ven personas aplastadas. “Esta escultura se llama Darwin”, comenta Van Lieshout. “Es en realidad un espermatozoide aumentado miles de veces. Los hombres muertos por aplastamiento, representan el hecho de que sólo uno de cada 150 millones de espermatozoides puede fecundar el óvulo. La supervivencia del más fuerte. Si extrapolamos la idea a la sociedad, llegamos a las teorías del superhombre (übermensch), relacionadas a regímenes totalitarios, como el fascismo”.

Biogas.

Unos veinte metros más lejos se encuentran andamios en los que yacen muñecos. A través de tubos, reciben alimentos y alcohol. Otros tubos están conectados al final del aparato digestivo. Se trata de la obra “El tecnócrata”, un proyecto que Van Lieshout finalizó en 2004. “El objetivo último es generar energía. Las personas están eficientemente dispuestas en estanterías. Es un sistema desarrollado para albergar mil personas, lo necesario para generar suficiente materia prima para una instalación que produzca biocombustibles”.
Van Lieshout se ríe al decirlo, pero reconoce que detrás de la escultura, hay una idea. “Las personas son materiales, pasajeras. En última instancia, no se sabe cuál es el sentido de la vida. No se sabe por qué uno nace y muere. Pero que uno muere, eso es seguro.”

Línea de procesamiento.
Esta idea de lo material y perecedero del hombre, la aplica Joep van Lieshout en su más reciente instalación de reciclaje. Cabezas sin rostro, abdómenes abiertos. El material es blanco: espuma, papel maché y barniz. También hay figuras de restos humanos sobre mesas de operaciones.
“Quiero mostrar que existen diferentes maneras de reciclar a una persona. Con los órganos se pueden salvar otras vidas. Más adelante está la línea de procesamiento. La carne de calidad aceptable, es procesada para el consumo humano. El resto se muele en máquinas, y se utiliza en la producción de biogas y fertilizantes. De esta forma, nada se desperdicia”, explica Van Lieshout.

Desagrado.
Las obras de Joep van Lieshout no parecen querer despertar el agrado de los visitantes. Aún así, ya hace años que el renombrado Museo Boijmans van Beuningen colecciona trabajos de este artista. “Su trabajo provoca a los espectadores”, explica la conservadora Saskia van Kampen. “Van Lieshout es capaz de crear trabajos con buena estética y un mensaje claro. También tienen significados ocultos, y a la vez son espectaculares. Van Lieshout es uno de los artistas que realiza más exposiciones en el mundo. Cada vez que lo llamábamos por este evento en Rótterdam, se encontraba en un lugar diferente del planeta.”
Si su obra se ha hecho tan famosa y puede apreciarse en tantos museos, tiene por lo tanto que ser algo más que una extravagante fantasía. Joep van Lieshout se ríe entre dientes cuando uno intenta descifrar el mensaje en su trabajo, para finalmente decir: “se trata de la moralidad, del bien y del mal. El biogas es por ejemplo una opción ecológica, pero en esta instalación para producir el combustible, vemos que hay mil seres humanos arruinados”.
Van Lieshout reconoce que el público se siente por lo general incómodo al ver sus obras. “Mi trabajo, y en realidad todo el arte, es para sacar un poco a la gente de su balance, despistarla. Que la gente piense “¿qué sentido tiene esta obra, o la vida, o yo mismo?” En este aspecto, voy más lejos que otros artistas. Es un poco como poner a la gente entre la espada y la pared.”
La exposición de Joep van Lieshout en Rótterdam continuará hasta el 26 de septiembre del 2010. Por más información, diríjase a www.onderzeebootloods.nl
Fuente: Radio Netherland.

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