jueves, 5 de noviembre de 2009
Camino a Macedonia entre folclore y conflictos.
por Roberta Ravani.
Por el camino desde Salónica a Scopia, el bus que lleva la Marcha Mundial de los Balcanes fue bienvenido por alcaldes, consejeros de cultura y cientos de niños y profesores de las ciudades de la República de Macedonia. La Marcha, organizada por la organización humanista Mundo sin Guerras, pasó esta vez por Bitola, Resen, Ohrid, Struga, Gostivar, Tetovo and Scopia.
Pressenza, Skopje. Tras una recepción verdaderamente folclórica en la frontera, con la tradicional ceremonia de bienvenida de “pan y sal”, discursos, canciones y danzas tradicionales, siguió el intercambio de saludos y regalos, junto al compromiso de construir juntos un futuro pacífico. Los alcaldes de todas las ciudades junto a representantes de Macedonia, Turquía, Bosnia Herzegovina, Grecia y Kosovo, los cuales forman parte del equipo base, hicieron declaraciones públicas apoyando este compromiso.
Especialmente en Ohrid – una encantadora ciudad, nombrada Patrimonio del Mundo por UNESCO – los miembros del equipo de la Marcha Mundial tuvieron la oportunidad de contar sobre sus experiencias en los lugares donde la Marcha ya ha pasado, inclusive los territorios de Palestina, Israel, Corea del Sur y Japón.
Durante la misma noche, miembros de la Universidad de los Santos Cyril y Methodius de la facultad de Filosofía en Scopia y del Instituto de Estudios de Defensa y Paz, brindaron su apoyo a la Marcha Mundial, particularmente en su demanda por la retirada de tropas de los territorios ocupados y por el rechazo a solucionar conflictos por medio de la guerra – ambos asuntos que actualmente son de especial preocupación en la República de Macedonia.
La catedrática Biljana Vankovska, citando a Howard Zinn, mantuvo que no se puede permanecer quieto en un tren en marcha, y que “la neutralidad ante la violencia es moralmente inaceptable”. Con inspiración de los discursos de Martin Luther King contra la guerra de Vietnam, agregó que los ciudadanos de Macedonia quisieran formar parte de Europa y ser libres. Y continuó expresando la esperanza de que, una vez obtenida su libertad, no se olvidarían de aquellos que aún no disfrutan de los mismos derechos. Concluyó con la esperanza de que, en relación a la guerra en Irak, que todos enfrentaran su responsabilidad por lo sucedido allí. La presencia de tropas macedonias en Irak se debió a la creencia del gobierno de que esto les ayudaría en su incorporación en la OTAN, pero el precio a pagar fue demasiado alto.
Más tarde durante una reunión informal, el catedrático Vankovska y miembros del equipo base griego acordaron redactar una declaración acerca de la disputa, aún en marcha, sobre el nombre de ‘Macedonia’ que ha sido una fuente de tensión con Grecia desde que la República de Macedonia se declaró independiente en 1991.
La etapa principal en Macedonia, en su capital Scopia, fue organizada por la Federación de Deportes, con contribución del Municipio y el apoyo de numerosas asociaciones locales, como los grupos Madre Teresa y La Juventud Puede de Scopia. La Marcha continuó junto a activistas contra la Globalización quienes exigían la retirada de tropas de Irak y concluyó con un concierto enteramente dedicado a los marchantes, con la participación sorpresa de la Orquesta de Agushevi, antes, de Bregovic.
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