Texto y fotos de Olivier Norbert
Testimonio
Desde el principio de año, miles de
refugiados provenientes de África cruzaron el Mediterráneo y cientos de
sobrevivientes lograron llegar a las costas de Italia.
Sorprendido por el silencio mediático y la poca información en internet, quise saber algo más.
“Según las estimaciones de la
Organización Internacional para las Migraciones, con fecha 10 de julio
de 2015, más de 150.000 migrantes habían llegado a Europa por mar desde
el comienzo del año, la mitad a Italia, donde los registros indican
que las llegadas superan a las registradas en 2014, la otra mitad a
Grecia, donde muestran un crecimiento exponencial. A lo largo de Libia,
el cruce se cobró la vida de más de 1800 personas este año”. AFP.
Cuando conversé con Rita, una amiga
italiana que vive en Niza, empecé a enterarme un poco más de la
situación. Por ejemplo, sobre la postura de Italia que no puede, o no
quiere, hacerse cargo de estos dramas cotidianos sola frente al silencio
mediático y la indiferencia de la Unión Europea.
Decidimos ir a dar una vuelta a
Ventimiglia en la frontera franco-italiana, del lado italiano, donde
muchos de estos refugiados están “instalados” sobre las rocas, bajo un
sol abrazador, protegidos por carpas. Otros están acantonados en la
estación de tren, rodeados por la policía.
Muchos hombres, mujeres y algunos niños, tal vez unos cien o más, están inmovilizados por la administración europea y francesa.
La Cruz Roja está aquí para ayudar
lo más posible con víveres, agua y productos de higiene. También hay
particulares y representantes de asociaciones que han venido a
manifestar su apoyo o a hacer un reportaje.
Rita también me explica que hay
muchos refugiados en las ciudades italianas y que las otras fronteras,
como Austria y Suiza, están igualmente cerradas para ellos.
Fuente: Pressenza
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