En respuesta a los reclamos por el abandono y la indefensión
de que son objeto los periodistas en México, se ha organizado en un
taller de autoprotección para los profesionales agredidos y amenazados.
Los profesionales de la prensa en México están abandonados a su
suerte. Hay nuevas leyes, fiscalías y comités de protección que
desafortunadamente no se traducen en ayuda efectiva y han mostrado una y
otra vez su ineficacia. Incluso los dueños de los medios (con honrosas
excepciones), no apoyan a sus reporteros, fotógrafos o editores. Cuando
éstos sufren un atentado o amenaza se les despide “para no tener
problemas” o evitar que el gobierno retire la publicidad oficial; ésta
es manejada como premio o castigo a los medios.
Los periodistas en México desconfían del gobierno, porque en muchos
casos, son los políticos y los policías quienes los amenazan, dice el
Informe Libertad de Prensa de Freedom House 2012.
La lista de profesionales del sector asesinados es larga y hasta hoy
no hay un sólo sospechoso, no hay un solo responsable detenido,
investigado ni muchos menos alguien cumpliendo condena por los crímenes.
Según los datos más conservadores hay 86 periodistas ultimados.
Red nacional de autoayuda
Ante tal panorama, La Casa por los Derechos de los Periodistas, Freedom
House, El Frente Nacional de Periodistas por la Libertad de Expresión,
por mencionar a las organizaciones más importantes, prepararon un
encuentro con más de cien periodistas de todo México para impartir el
mencionado ‘Taller de Autoprotección para Periodistas’.
A lo largo de tres días, los comunicadores de todo tipo de medios y
de todos los géneros, contaron sus historias y se organizaron en red
para ayuda mutua para casos de emergencia, agresiones, encarcelamiento o
de crisis emocionales. Este punto es muy importante porque muchos
periodistas que han sido testigos de crímenes, que son objeto de
amenazas o han sobrevivido atentados o secuestros, viven en una angustia
y un estrés extremo. A veces no saben que el insomnio, la inapetencia,
el agotamiento físico, el auto aislamiento social son claros síntomas de
un shock postraumático y que hay que atenderlo antes de que los daños
sean irreversibles.
Lo más angustiante en algunos casos, según los relatos recogidos por
Radio Nederland, es que los comunicadores no saben de dónde vienen las
amenazas ni los ataques, mucho menos cómo evitarlos y cómo proteger a
sus familias.
Develar vínculos entre el crimen organizado y los políticos
Ante la censura y presión en los medios tradicionales, los periodistas y
la ciudadanía en general, volcaron toda la información posible a los
blogs y redes sociales que parecían ser una alternativa. Sin embargo,
los periodistas que subieron la información a la red de manera anónima
fueron torturados, asesinados y descuartizados. Un ejemplo de ellos es
el caso de María Elizabeth Macías Castro, periodista y también bloguera
de Nuevo Laredo.
Los cuerpos mutilados de los informadores y blogueros siempre son
dejados en lugares públicos con mantas y letreros de advertencia a
quienes quieran seguir sus pasos.
Las instalaciones de los medios también son atacadas con ráfagas de metralla, bombas incendiarias o granadas.
Las organizaciones participantes en el Taller de Autoprotección de
Periodistas han presionado a las autoridades para la aprobación de leyes
que se traduzcan en una acción efectiva de la justicia. Por ejemplo, la
exigencia de que los delitos contra periodistas se conviertan en un
delito federal. Esto es para evitar que si una autoridad local es la
agresora, sea a la vez la encargada de hacer las investigaciones.
Juicios por daño moral
Los códigos civiles mexicanos definen daño moral como “La afectación que
una persona sufre en sus sentimientos, efectos, creencias, decoro,
honor, reputación, vida privada, configuración y aspectos físicos; o
bien en la consideración que de sí misma tienen los demás. Se presumirá
que hubo daño moral cuando se vulnere o menoscabe ilegítimamente la
libertad o la integridad física o psíquica de las personas”, señala la
doctora en derecho Perla Gómez, especialista en delitos contra el honor.
La investigadora y profesora se encarga no solo de defender a los
periodistas ante los tribunales sino de señalar los cuidados que debe
tener un comunicador para no ser demandado por delitos contra el honor.
¿Cuáles son esos delitos? Preguntó un auditorio hipnotizado por la doctora Gómez:
-“Difamación, calumnia e injuria. En materia federal se derogaron los
delitos contra el honor, no obstante, mientras los delitos existan en el
resto de la República, seguirán vigentes. En cada estado de la
República mexicana hay una legislación propia, por lo que las penas y
delimitación de los delitos contra el honor cambian. Una manera muy
importante de protección es conocer el marco normativo de un
comunicador. En otras palabras, cuáles son los límites que los
periodistas nunca deben cruzar”.
El grueso de los periodistas mexicanos en medios locales
Desde que el Partido de la Revolución Institucional (PRI) perdió la
presidencia de la república en el año 2000, los gobernadores (la mayoría
del PRI) se convirtieron en señores feudales. Sin tener que dar cuentas
a nadie hacen lo que quieren y no hay control posible de las finanzas
ni mucho menos sobre los vínculos con la delincuencia organizada de
caciques, terratenientes o presidentes municipales corruptos. Hacer
periodismo libre e independiente en aquellos feudos es terrible. La
mayor parte de los periodistas mexicanos trabajan para medios pequeños
de provincia y son los que reciben la mayor cantidad de afrentas,
ataques, amenazas, persecuciones o asesinatos.
El buen periodismo puede cambiar una nación
Las organizaciones de periodistas han creado una red nacional para
brindar ayuda al colega agredido, amenazado, encarcelado o en juicio por
“daño moral”. Según el comunicado del Frente Nacional de Periodistas
por la Libertad de Expresión, se unirán esfuerzos para protestar por la
indiferencia gubernamental, para incidir en las condiciones laborales y
profesionales del gremio para trabajar con seguridad y libertad.
La buena noticia con la que se cerró el encuentro fue la donación del
Gobierno de la Ciudad de México de un inmueble que servirá de refugio a
los periodistas perseguidos. Funcionará de manera muy similar a la casa
refugio para las mujeres golpeadas. También se buscará el
reconocimiento del periodismo no solo como oficio sino como profesión.
Hay que dignificar el quehacer del periodismo cotidiano y de
investigación así como buscar mejores condiciones de trabajo, salud y
vivienda.
La periodista Anabel Hernández tiene mucha razón al afirmar que el
buen periodismo puede cambiar el rumbo de la nación. El caso Watergate
en Estados Unidos es un ejemplo.
Fuente: Radio Netherland.
miércoles, 5 de septiembre de 2012
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