Autor: Marianella Kloka
Fuente: Pressenza
El informe financiero elaborado por
Oxford Economics/Haver Analytics a fines de mayo llegó a agitar las
“aguas calmas” de los últimos días, suponiendo que se pueda hablar de
algo similar en un país en plena ebullición. En el Parlamento se están
votando las medidas solicitadas por la Troika como pre-requisito,
medidas que constituyen en contenido y forma una violación de la
soberanía y una ofensa a los procesos democráticos. ¿Porque me
tendría que interesar este informe? No me resulta fácil comprenderlo
puesto que no soy economista, sino una simple persona de la sociedad
civil, por muy activa que sea.
Antes que nada porque dice relación con
los efectos que puede tener en la sociedad griega un posible Grexit de
la Eurozona. El diálogo adquiere automáticamente un encuadre
completamente nuevo, por lo menos porque estamos hablando sobre la
posibilidad de una salida coordinada. De ahora en más toda conversación
tiene que ser más técnica. Hasta ahora eran los parlamentarios quienes
hablaban de un posible Grexit, los ministros e incluso el Primer
Ministro; en su última entrevista a la ERT, la televisión pública
griega, nos dijo que saliéndonos de la Eurozona una pensión actual de
800 euros correspondería a 800 dracmas. Cada conversación debe examinar
los planes actuales o ya existentes, en vez de constituir una amenaza a
procesos especiales (comentario de la autora: un tipo de proceso que en
ciertos casos podría aplicarse a los políticos) y el diálogo debe
prescindir de eslóganes fáciles, yendo al punto. El movimiento que
sostiene que la salida del euro es la mejor solución para los países
estrangulados por la moneda, deberían considerar la discusión a partir
de esta relación y con este escenario, recordando que se lo difundió
antes de que se votaran en el Parlamento las medidas solicitadas para
firmar un nuevo Memorandum. El diálogo entre los analistas económicos y
políticos de ambos bandos se está intensificando y las argumentaciones y
los distintos puntos de vista se refuerzan día a día.
En segundo lugar, para que este informe
aporte a la sociedad civil la posibilidad de comprender las dimensiones
de un Grexit, para que la gente comience a pensar y a prepararse, para
que no se vuelva a encontrar ante situaciones como las que ya hemos
vivido en los últimos cinco años. Situaciones tremendas basadas en la
teoría del shock, que han provocado respuestas muy débiles frente a una
suerte de diluvio de desastres y causado una enorme crisis humanitaria,
sin precedentes dentro de la “prospera” Unión Europea. El informe nos
permite también comenzar a pensar sobre la influencia que tiene en
nuestros hábitos de consumo, sobre la actual producción del país, la
reanimación boca a boca de quienes en este momento tienen necesidad, en
posibles futuras profesiones, en mejoramientos en la calidad de
nuestros servicios turísticos, que serán cada vez más económicos y
competitivos frente a aquellos de otros países de la zona Euro, así es
que la demanda crecerá. Nos da también la oportunidad de actuar de modo
mejor organizado, concentrando las fuerzas para no perder lo que nos ha
quedado del tejido social y del estado, para poder ocuparnos de los
excluidos, sobretodo de las necesidades cotidianas básicas, de los
asuntos de salud y de los medicamentos. Es lo que hemos hecho en los
últimos cinco años, pero ahora se trata de adoptar una forma más seria,
organizada y “coordinada” e incluso de llegar tal vez a tener una
perspectiva de poder remontar (como se prevee a partir del segundo año
en adelante, según el informe de Oxford Economics/Haver Analytics).
En tercer lugar, porque el modo en que
este informe fue presentado a la opinión pública griega por los medios
de difusión oficiales que apoyan al sistema, ha revelado una vez más la
verdadera naturaleza de la propaganda barata. Me refiero al mismo
enfoque desagradable usado durante las elecciones europeas del año
pasado, las elecciones generales de enero y el plebiscito de julio, que
se está haciendo cada vez más innoble. Se recurrió a otra compañía,
especializada en consultorías para las multinacionales, junto a
titulares sensacionalistas que crean temor, para presentar parte del
informe, subrayando los resultados a breve plazo. Incluso quienes apoyan
el Grexit saben muy bien que las cosas no van a ser fáciles. Estamos
hablando de la misma empresa que en el 2007 definió como “el hombre de
negocios del año” al señor L. Lavrendiades, quien terminó con cárcel
preventiva por un escándalo económico relacionado con 700 millones de
euros de préstamos del Banco Proton. El proceso comenzó en marzo del
2015, con el involucramiento de otras 42 personas. En vez de aprender de
este error (admitiendo que se tratara de algo impredecible), la misma
compañía vuelve a abrir ahora, usando el mismo estilo brutal de
comunicación y vendiéndonos parte del informe como las previsiones de
que un Grexit va a significarnos un infierno. Y todo esto sin reservas
respecto a un asunto delicado y sin precedentes en la historia de la
zona del euro. Por lo que alcanzo a comprender y con toda modestia, por
mucho que en el papel se puedan hacer bien los cálculos, si se
desencadena el proceso del Grexit aparecerán sin lugar a dudas otros
factores imprevistos, tanto positivos como negativos, desde el punto de
vista económico, geopolítico e incluso humano.
Sotto voce:
- El informe mismo no se puede conseguir gratuitamente, se lo compra al precio de 1500 euros por parte. Es una práctica común en este campo, y es así como estamos a la merced de las informaciones que nos entregue la fuente que ha financiado la investigación y comunicado sus resultados.
- Algunos días antes de la terminación del informe leí en el sitio de Oxford Economics las siguientes frases: Desde 1945 en adelante, más de 70 países y territorios se retiraron de la unión monetaria. Solo en pocos casos se verificó una baja de la productividad y algunos de ellos se pueden explicar con factores como una guerra civil, o la transición de una economía planificada a una de mercado. En base a la historia y a la probabilidad de que una salida del euro no traerá dificultades, en el caso de un Grexit, el PIB podría bajar al comienzo en un 10%. Comentario del redactor: otros economistas más pesimistas, pero de todas maneras a favor de un regreso a la moneda nacional, consideran que este porcentaje puede llegar al 30%. La pérdida de productividad podría sin embargo ser menor si el retiro del euro fuese bien gestionado (http://www.oxfordeconomics.com/releases/2015-04-28/must-grexit-be-a-disaster-some-lessons-from-history)
- Me pregunto a quién le tocaría gestionar bien esta salida. Por otra parte me pregunto también quién podrá “gestionar” un nuevo Memorandum, sobretodo si es votado en un cuadro de abolición de la democracia y con la solicitud de que lo ponga en práctica un gobierno cuyo primer ministro declara abiertamente que no cree en esto.
Agradezco a Konstantinos Koulaxis haberme entregado información útil para escribir este artículo.
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