Buenos Aires, 4 oct (PL). La protesta en demanda de aumentos salariales
impulsada desde este martes aquí por fuerzas de seguridad argentinas
multiplicó de forma notoria las advertencias sobre manejos
desestabilizadores que se ciernen hoy sobre el gobierno nacional.
Detrás de un reclamo gremial de orden salarial se esconde una maniobra
decididamente destituyente que no podemos permitir, sostuvo la
agrupación de partidos políticos Unidos y Organizados, al aludir a la
medida de fuerza iniciada por miembros de la Prefectura Naval y a la
cual se sumó Gendarmería Nacional.
En un comunicado, la
organización recordó que el reclamo de prefectos y gendarmes, quienes
denunciaron haber recibido descuentos de entre 30 y 60 por ciento en sus
salarios, había sido resuelto ayer por el gobierno nacional.
Sin embargo, subrayó, el conflicto continuó "sin causa alguna,
habiéndose sumado suboficiales de la Marina que a su vez están llamando a
los integrantes del Ejército y de la Fuerza Aérea a incorporarse".
Esta situación -alertaron- merece nuestro rechazo total y absoluto. No
queremos a las fuerzas de seguridad ni a las Fuerzas Armadas desafiando
al Poder Político y a las autoridades constitucionales.
En
términos similares se pronunció también la víspera el flamante
secretario general de la Confederación General del Trabajo-Alsina,
Antonio Caló, quien consideró que estas medidas de fuerza "no son
correctas y generan situaciones peligrosas".
Los gendarmes y
prefectos, puntualizó, tienen otros canales que no son la protesta;
claramente no son un gremio y por eso deben tener responsabilidad.
La Unión de Empleados Judiciales de la capital repudió también los
hechos y advirtió sobre el riesgo de que "esos actos sectoriales y
egoístas produzcan efectos gravísimos en la democracia argentina y, por
ende, para el conjunto de la sociedad".
Esta actitud de los
uniformados que protestan a todas luces hace presumir otras intenciones y
no la de mejoras salariales o en condiciones laborales, agregó y
recordó recientes acontecimientos de este corte ocurridos en Ecuador y
en Bolivia.
Por su parte, el legislador del oficialista Frente
para la Victoria Edgardo Depetri convocó a dialogar y darle un cauce
institucional al reclamo, aislando y condenando a aquellos que desde
adentro y desde afuera de las fuerzas de seguridad quieren crear con
este hecho un clima destituyente.
Hay sectores económicos que
alientan la derrota del gobierno de Cristina Fernández en términos de
quiebres constitucionales, ya no en las urnas, sostuvo el diputado en
declaraciones a una televisora nacional.
Por su parte, el líder
sindical Hugo Yasky dijo a la agencia de noticias Telam ver con
preocupación el conflicto, pues más allá de una motivación justa en el
reclamo "hay elementos que sistemáticamente están tratando de generar
focos de conflictividad, para erosionar y socavar la imagen del
gobierno".
En este caso preocupa mucho más por tratarse de
uniformados y fuerzas de seguridad que, tal como hemos visto en otras
situaciones en la región, son rápidamente instrumentadas por los grandes
grupos mediáticos y sectores dominantes para usarlo como ariete de los
gobiernos populares y democráticos, apuntó.
En conferencia de
prensa ofrecida ayer, el jefe de Gabinete, Juan Manuel Abal Medina,
atribuyó los desajustes en los haberes percibidos por los prefectos a la
que catalogó de "desastrosa" aplicación del decreto 1307/12.
Este resolutivo, señaló, aclara explícitamente que la medida (enfilada a
terminar con los ítems adicionales no remunerativos que percibía un
sector de la fuerza generando distorsiones en la escala salarial) no
regiría para los escalafones más bajos, pero aun así se aplicó también a
los efectivos con menor rango.
Al respecto señaló que "no
sabemos si fue un problema administrativo, o tenemos serias sospechas de
que se está usando a los (efectivos) de más abajo como carne de una
maniobra por los que quieren mantener sus privilegios".
Fuente: Prensa Latina.
jueves, 4 de octubre de 2012
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