sábado, 10 de julio de 2010

TERMINA EL FÚTBOL, PERO LAS MIRADAS DEL MUNDO DEBERÍAN SEGUIR EN SUDÁFRICA.


La sede mundialista, el país más rico del continente africano, gastó 4,000 millones de dólares en preparativos e infraestructura, pero su tasa de infectados de VIH es una de las más altas. Atacar el problema, y atender a los 6 millones de personas que viven con el virus, requiere 1,500 millones de dólares al año.

A pocos días de que termine el Mundial, el mundo todavía tiene sus ojos puestos en Sudáfrica, pero las miradas pronto se irán.
Por primera vez en la historia, un país africano acogió la celebración de este encuentro deportivo. Pero más allá de las vuvuzuelas y la algarabía, Sudáfrica tiene una realidad a la que el mundo no debería dejar de mirar: este país africano es una de las naciones con los más altos índices de infecciones de VIH, con casi 6 millones de personas que viven con el virus.
Mientras miles de aficionados animan a sus equipos en los estadios de fútbol, 1,400 personas se infectarán cada día por el virus del VIH, y casi 1,000 morirán.
El 18% de la población sudafricana entre 15 y 49 años está infectada, y hasta el momento ya hay dos millones y medio de niños que han quedado huérfanos.
Se estima que Sudáfrica debería destinar anualmente 1,500 millones de dólares a la prevención y tratamiento del VIH/sida. El gobierno que ha invertido cerca de 4,000 millones en el Mundial, tiene bajo su responsabilidad al 40% de los adultos sudafricanos que necesitan tratamiento antirretroviral.
Aquí en Sudáfrica, la esperanza de vida ha caído nueve años desde 1990, en gran parte debido al alto índice de contagios de VIH, y a que el país tiene altos niveles de inequidad: la mitad de la población del país (unos 25 millones de personas) sobrevive con sólo el 8% del PNB. El acceso a la sanidad refleja claramente no sólo estas diferencias, sino también el triste legado del apartheid, con claras discriminaciones en función de la raza.
Hablamos, a pesar de estas cifras, de la economía más fuerte del continente. Un país que según datos de la ONG InspirAction, ha gastado alrededor de 3,800 millones de dólares en adecuar infraestructura y construir nuevos estadios, algo casi impensable para otras naciones vecinas, pues los aficionados africanos apenas pudieron comprar 40,000 las 2 millones de entradas vendidas por la FIFA para asistir a un mundial que, por primera vez, se realizaba en su propia región.
Fuente: Corresponsal de paz.

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