viernes, 30 de julio de 2010

“LA EDUCACIÓN COOPERATIVA Y LA CUESTIÓN DE GÉNERO”


por José Yorg *

Abordo este tema confesando que me resulta espinoso, toda vez que considero una contradicción hablar de cooperativismo-género. En el mundo de la cooperación el prejuicio de género y de otro tipo, es un absurdo y contrasentido de gente incorregible.
Lo cierto y lo concreto es que-hay que admitirlo-existen prejuicios de género en las cooperativas, en todas sus vertientes y manifestaciones, sean abiertas o simuladas, pero allí están, dañando.
Mi buena amiga Silvia Regina del FÓRUM DE GÊNERO COOPERATIVISMO E ASSOCIATIVISMO, cuyo lema es “Homens e mulheres juntos na construção da equidade/equilíbrio nas relações”… me convidó a enviar artículos para su publicación en el Foro, y de tal modo es que ensayo estas líneas sobre la cuestión educación cooperativa-género.
Como maestro de escuelas he trabajado toda mi vida con colegas mujeres y la verdad es que en líneas generales, nada tengo en queja, al contrario, me siento agradecido a la vida por ello, he allí la razón por la que no comprendo cómo se puede tener conductas prejuiciadas y discriminatorias.
Fue una mujer quien me habló por vez primera de Cooperativismo escolar.
Ahora, si el cooperativismo posee entre sus Valores y Principios expresamente anotados en la ley de cooperativas Nº 20.337 que reza “No tienen como fin principal ni accesorio la propaganda de ideas políticas, religiosas, de nacionalidad, región o raza, ni imponen condiciones de admisión vinculadas con ellas”, debemos asumir que ellos nos indican claramente la naturaleza doctrinaria y filosófica de un pensamiento alejado de toda actitud discriminatoria.
Pero, sabemos por estudio, investigación y experiencia que las cosas no están hechas tan felizmente. No estamos en un mundo cooperativo, estamos bajo los designios del capitalismo globalizado y sus desvalores fragmentarios, disociadores y alienantes.
Así, la Pedagogía cooperaria enfrenta los problemas fundamentales que atañe a toda pedagogía para su desenvolvimiento, mas también se suma un contexto claramente adverso e incluso agresivo.
Me sostengo reiteradamente y aquí lo replico en lo que afirmó Robert Owen sobre el contexto adverso: ““En mi calidad de empleador y director de manufactura en Lancashire y Lanarkshire, hice todo lo que pude para aliviar los males de mis empleados; y sin embargo, a pesar de todo lo que hice, con nuestro sistema totalmente irracional de creación de riqueza, de formación del carácter y de organización de todas las actividades humanas, sólo pude aliviar un poco la miseria de su estado; y ello pese a ser consciente de que la sociedad, incluso entonces, poseía medios sobrados para educar, emplear y gobernar a la población entera del Imperio Británico, haciendo de ellos hombres formados e inteligentes, unidos y prósperos para siempre, y para convertirlos en hombres y mujeres felices, de cualidades físicas y mentales superiores. (1858).
Por ello es que debemos huir de la tentación de la costumbre de asimilar a la educación cooperativa con los métodos y procedimientos de la educación común a la educación cooperativa, puesto que la educación común es -se sabe hasta el hartazgo- reproductora de patrones diferenciados de masculinidad y femineidad que reconocen raigambre ancestrales.
“Los estudios de género en relación con la educación constituyen un campo de investigación muy importante porque en el contexto escolar se transmiten y difunden los códigos de género que cada sociedad o grupo cultural impone, entendidos éstos como las reglas sociales que marcan el significado de lo que se considera femenino y masculino (Tomé y Rambla, 2001),nos ilustra convenientemente la Profesora universitaria María Teresa Díaz Mohedo en su escrito “LA PERSPECTIVA DE GÉNERO EN LA FORMACIÓN DEL PROFESORADO DE MÚSICA”. (http://www.ice.deusto.es/rinace/reice/vol3n1_e/Diaz.pdf)
Lejos estamos de adversar a que los rasgos masculinos y femeninos de cada quien se manifiesten afirmados, eso es una cosa diferente a la de sostenerse sobre esas cualidades para instalar actitudes discriminatorias sexistas.
La educación cooperativa esta envestida de los atributos necesarios para construir una conciencia emancipadora de la cárcel mental que implica el poseer prejuicio machista, arraigados-lamentablemente-tanto en hombres como mujeres.
Allí las cooperativas escolares cumplen una inigualable oportunidad de concretar el lema “Homens e mulheres juntos na construção da equidade/equilíbrio nas relações al generar espacios de participación y construcción de saberes, de hábitos y puntos de vistas igualitarios y equitativos en virtud a la prodigiosa práctica solidaria y fraterna del esfuerzo propio y la ayuda mutua que se desenvuelve en la gestión de la empresa escolar y estudiantil.
¡En la fraternidad, un abrazo cooperativo!


*José Yorg es Presidente de TECNICOOP,es docente-Técnico en Cooperativismo y Lic. en Administración.

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