jueves, 26 de noviembre de 2009

Manifiesto de la Marcha Mundial por la Paz y la No Violencia.


Carta abierta de un ciudadano a los poderosos del mundo.

La violencia se ha instalado en la vida humana en todo el planeta y no hay forma de acabar con ella. No hay gobierno, ni ejército, ni religión, ni partido político, ni grupo económico capaz de derrotar la violencia en el mundo. No hay poder capaz de acabar con la violencia que crece día a día, infiltrándose en todas nuestras actividades y en nuestra intimidad. El poder destructivo de la violencia, que se está apoderando de la humanidad, es cada día más terrible y peligroso. Si la violencia sigue creciendo aceleradamente junto con su capacidad de destrucción, las consecuencias serán desastrosas.
¿Podremos cambiar la dirección de los acontecimientos que presagian calamidades humanas de dimensiones nunca antes conocidas? Se trata de una enorme cantidad de armamento letal, nuclear, biológico, químico y convencional con poder de aniquilar la vida en el planeta. Este año con la más grave crisis financiera mundial, en la que todos experimentamos las restricciones de la recesión, se volvió a batir el récord de inversiones en armamento.
Todos somos responsables de lo que está ocurriendo y tenemos que tomar una decisión en nuestro interior. O continuamos apoyando a nuestros gobiernos en su política armamentista, siempre justificada por el temor y la venganza, o unimos nuestra voz y nuestro sentimiento al de millones de seres humanos de distintas lenguas, razas, creencias y culturas para encender la conciencia humana con la luz de la No Violencia.
El armamento nuclear ha proliferado a muchos países, está al alcance de grupos fuera del control de los estados. Hoy su justificación como elemento disuasorio o defensivo llegó al límite del absurdo y creemos que el único camino es el Desarme Nuclear Mundial Total.
Señores presidentes y primeros ministros de los Estados Unidos de América, de la Federación Rusa, de la República P. China, de la República de Francia, del Reino Unido, de la República de la India, de R.I. de Pakistán, de Republica D. Popular de Corea y del Estado de Israel:
Recae en ustedes la responsabilidad de este momento en que se decide el futuro humano. Ustedes serán los que decidirán entre la historia y la prehistoria, entre la humanización y la animalización, entre una tierra para todos o un mundo atemorizado, entre una tierra generosa, o un desierto contaminado. Ustedes serán los responsables de la atmósfera social que respiremos en los años próximos.
Nos ponemos en marcha, recorriendo el planeta, para fortalecer la voz que clama por un mundo humano. Ya no podemos ver más sufrimiento en nuestros semejantes. Ya no queremos más guerras. Esas agresiones las sentimos en nosotros mismos. En nuestra conciencia se ha producido un cambio y no hay vuelta atrás. Es necesario desmantelar las armas de destrucción masiva así como reconvertir un sistema económico que produce pobreza, discriminación y muerte. Es necesario salvaguardar la vida para construir un mundo de iguales derechos y oportunidades para todos.
Les exigimos a uds. que prioricen en sus políticas de defensa y relaciones exteriores:
• el desarme nuclear a nivel mundial,
• el retiro inmediato de las tropas invasoras de los territorios ocupados,
• la reducción progresiva y proporcional del armamento convencional,
• la firma de tratados de no agresión entre países y
• la renuncia de los gobiernos a utilizar las guerras como medio para resolver conflictos.
No dejaremos que la Marcha Mundial por la Paz y la No Violencia pase desapercibida en nosotros, en nuestras familias, en nuestros pueblos y en nuestro mundo.
Haremos crecer este impulso que nos comunica con lo mejor de nosotros, de cada uno, con lo mejor del ser humano.
Somos miles, seremos millones y el mundo cambiará.
Rafael De La Rubia, coordinador de la Marcha Mundial Por la Paz y la No-violencia.

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