El Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/SIDA (ONUSIDA) se mostró este lunes preocupado por la falta de recursos para invertir en la prevención de la infección tras la crisis económica que afecta a varias naciones en el mundo y ha ocasionado el retroceso en el financiamiento de la epidemia.
Del informe anual de la organización, difundido este lunes, desprende que en 2010 vivían en el mundo 34 millones de personas con VIH, una cifra que aumentó con 2,7 millones de nuevas infecciones y produjo la muerte de 1,8 de seropositivos.
"La crisis económica no puede ser una excusa para dejar de financiar los programas contra el sida, porque si eso ocurre pagaremos un precio altísimo más adelante. Lo malo no es sólo la crisis, sino el impacto que tiene. El mundo corre el riesgo de enfrentarse a los peores momentos de la epidemia si la respuesta se detiene. No es sólo una cuestión de salud, sino de estabilidad social, de responsabilidad", destacó el director de su Oficina Ejecutiva, Luíz Loures.
El documento detalló que el tratamiento antirretroviral ha evitado 2,5 millones de fallecidos en países de ingresos medios. Apuntó el texto que sólo el pasado año se evitaron 700 mil decesos por causas relacionadas con el sida.
"La visión de un mundo con cero infecciones, cero discriminaciones y cero muertes por sida comienza a rondar la imaginación de muchos. Hace tan sólo unos años hablar del final de la epidemia parecía algo imposible, pero la ciencia, el apoyo político y la respuesta internacional hace que empiece a ser una meta tangible", expresó el director ejecutivo de ONUSIDA, Michel Sidibé.
Representantes de ONUSIDA indican que África Subsahariana sigue siendo la región más afectada. El 68 por ciento (22,9 millones) de todas las personas con VIH residen en la región, donde el sida ha acabado con la vida de un millón de africanos cada año desde 1998.
Sin embargo, el informe destacó importantes mejoras. Las nuevas infecciones han descendido más de un 26 por ciento en la última década y sólo entre 2009 y 2010 ha aumentado un 20 por ciento el número de personas con acceso al tratamiento.
El estudio refirió que Europa del Este ha presentado un incremento de un 250 por ciento en el número de afectados desde 2001, especificó que en Rusia y Ucrania se propagó considerablemente la epidemia.
"Lo positivo, dentro de la gravedad, es que son países que tienen recursos y el problema ha venido por falta de liderazgo y dejadez de las autoridades, algo que está cambiando. La mayor parte de las transmisiones son por inyección de drogas y hay programas eficaces para evitar estos contagios, como ya demostró España en los 80", añadió el director de su Oficina Ejecutiva.
La debacle en el presupuesto
El documento de ONUSIDA detalló que de los casi 15 millones de seropositivos que necesitan tratamiento en países de medianos y bajos ingresos, 6,6 millones lo recibían a finales de 2010.
"No podemos esperar a una vacuna, que no llegará en un futuro próximo. Tenemos que centrar las estrategias en aquello que sabemos que funciona ahora y eso es el tratamiento. Las últimas evidencias científicas demuestran que es un arma eficaz para prevenir las infecciones", señaló Loures, luego de indicar que de tratar a 15 millones de contagiados en 2015 se frenarán en seco las nuevas infecciones.
Destacó que los logros alcanzados hasta la fecha son producto de la constante inversión, por lo cual consideró que de reducir los recursos comenzarán a detenerse los avances. Loures precisó que la organización debe establecer nuevos pactos entre donantes, gobiernos y países pobres, de manera que se refuercen el compromiso global.
De conseguirse la financiación necesaria, estimada entre 22 mil y 24 mil millones de dólares para los próximos tres años, ONUSIDA calcula que se evitarían 12,2 millones de nuevas infecciones por VIH -1,9 millones en niños- entre 2011 y 2020. Asimismo se impedirían 7,4 millones de muertes.
ONUSIDA sugiere recomendaciones que se deben ejecutrar en los próximos años para frenar la epidemia. Detallan que los puntos clave son dirigir los programas a las poblaciones de alto riesgo (trabajadores del sexo, hombres que se acuestan con hombres y usuarios de droga por vía intravenosa); prevenir las nuevas infecciones en los niños; fomentar un cambio de los comportamientos de riesgo en los jóvenes; promover y distribuir los preservativos; aumentar el tratamiento, los cuidados y apoyo para las personas que viven con VIH y promover la circuncisión voluntaria en aquellos países con alta prevalencia del virus.
Fuente: teleSUR
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