jueves, 21 de abril de 2011
GUATEMALA: “LAS VÍCTIMAS DEBERÍAN SER COMPENSADAS”.
Se tiene suficiente documentación para clarificar lo que sucedió con los escandalosos experimentos científicos de los años 40 en Guatemala.
Dentro de pocas semanas se dará a conocer el informe final de la Comisión que adelanta la investigación sobre lo ocurrido a mediados del siglo pasado cuando, como parte de un estudio científico liderado por el doctor estadounidense Jhon Cutler, cerca de mil quinientos guatemaltecos fueron infectados con el virus de enfermedades venéreas.
A finales del año pasado, investigadores de Estados Unidos descubrieron el caso y lo informaron inmediato al presidente Obama.
En entrevista exclusiva con Radio Nederland, el vicepresidente de Guatemala, Rafael Espada (foto), quien lidera personalmente, declaró que, una vez se establezca toda la verdad, el paso más lógico a seguir será la compensación no sólo a las víctimas o sus familiares, sino también a la comunidad científica.
Radio Nederland: ¿Qué nos puede adelantar del informe que se presentará dentro de algunas semanas?
Rafael Espada: El año pasado recibimos el informe de Estados Unidos en el que se reconocía lo que había sucedido entre los años 46 y 48. Creo que para todos fue una indignación y un insulto a la humanidad. Entonces, el presidente Colom me designó para hacer una investigación y, seguidamente, organizamos un grupo conformado por el Colegio de Médicos, autoridades gubernamentales y los ministros de Salud, Defensa y Gobernación, ya que, para los experimentos, se utilizaron miembros del Ejército, prisioneros y pacientes de un centro mental. Hemos estado trabajando en los últimos meses para documentar lo que realmente sucedió, y, dentro de un par de semanas, tendremos el reporte final para entregárselo a nuestro Presidente, al de Estados Unidos y al mundo entero, para que esto nunca vuelva a suceder. Creo que, en el siglo XXI, que es el siglo de la humanidad, este documento va a ser una base para que respetemos la dignidad del ser humano.
RNW: Estamos hablando de hechos que sucedieron hace muchos años, de los cuales muchas evidencias pueden haber desaparecido. ¿Cómo ha sido la recolección de las pruebas?
R.E.: Créame que sí hay mucha documentación. Estados Unidos nos mandó lo que consideran el 100 por 100 de la información que tienen. Tenían datos del centro de salud y la experimentación que había hecho el doctor Cutler y su grupo de científicos. Hay listados y fichas; sin embargo, estoy seguro que mucha de la documentación no apareció pues éste experimento nunca se publicó, pero sí se hicieron comunicaciones de lo que se había encontrado, sin mencionar detalles del experimento. En Guatemala tenemos tres archivos muy buenos en los que encontramos una cantidad de documentación, principalmente de prensa. En los periódicos se publicaron muchos artículos, incluso en el año 47, se celebró un congreso de enfermedades venéreas en Guatemala, convocado con base en este estudio y que le dio muchísima publicidad a nivel mundial con respecto a la experimentación de sífilis, gonorrea y chancro, en una época en la que hubo una epidemia mundial de estas enfermedades. Creo, entonces, que tenemos suficiente información para clarificar lo que se hizo y condenar cualquier prueba científica en humanos cabo sin los cánones aceptables de ética.
RNW: ¿Vive todavía alguna de las víctimas?
R.E.: Se habían reportado 7 víctimas. Una de ellas figura en la lista que tenemos. Esta persona tiene más de 85 años y tiene un buen estado de salud. Se abrió una línea telefónica para que cualquier persona que se considerara víctima de los experimentos, se reportara directamente a la oficina de la Vicepresidencia. La verdad es que no hemos tenido mucha afluencia, porque suponemos que muchas de ellas ya fallecieron.
RNW: Luego de la presentación del informe, ¿qué esperan ustedes del Gobierno estadounidense?
R.E.: Lo primero que tenemos que hacer es demostrar la verdad, y para ello estamos trabajando estrechamente con la Comisión de Ética que, antes de los hechos, asignó el presidente Obama en el 2009, y cuya tarea es analizar todos los procesos científicos realizados por cualquier institución estadounidense en el mundo. Ahora hay que poner en perspectiva los cánones legales que se tenían en esa época, los 40, lo que se hacía en plena Segunda Guerra Mundial. Eso, desde luego, no justifica nada, pero se debe tenerlo en cuenta, y aquí lo principal es hacer un llamado mundial para que esto nunca se vuelva a repetir.
RNW: Pero, ¿se tiene pensado algún plan especial para reparar a las víctimas o sus familiares, incluso el pago de indemnizaciones?
R.E.: Yo creo que sería lógico. Queremos identificar a las personas y analizarlas. Creo que sí se debería dar una cierta compensación, que es lo más justo para aliviar, al menos en parte, lo que se hizo. Sin embargo, queremos ser muy claros y sobre todo estar seguros de que quiénes son las personas que deben ser reparadas, tema que analizaremos los dos países. Pero, opino que no sólo se debe dar una compensación al ser humano, sino también a la comunidad científica y que ello sirva para crear un instituto de ética.
RNW: Se habla mucho acerca de que la historia de las empresas médicas y estadounidenses está plagada de casos como éste. ¿Cree usted que estas revelaciones destaparán esa historia negra?
R.E.: Pues esperamos que sí, porque yo creo que la industria seria sí es responsable, pero desafortunadamente hay industrias que no son serias y, a mi juicio, los países deben de regularlas. Pero no se trata solo de empresas en Estados Unidos, no todas las europeas, asiáticas, latinoamericanas siguen los cánones de ética y el desarrollo empresarial científico. Considero que todos los gobiernos deben prestar especial atención a ello, porque, desafortunadamente, existen compañías que tienden a realizar pruebas en países que no tienen regulaciones bien estructuradas, para permitirse ciertas libertades en la investigación.
Fuente: Radio Nederland.
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