Con la campaña Libros sin IVA (Impuesto de Valor Agregado), cerca de 40
mil ciudadanos chilenos buscan presionar al Gobierno de Sebastián Piñera
para que se elimine o se rebajen los aranceles, que en la actualidad
llegan al 19 por ciento.
Cerca de 40 mil ciudadanos chilenos iniciaron una campaña para pedir
que se elimine o se rebaje el Impuesto al Valor Agregado (IVA) que rige
sobre los libros y que actualmente llega al 19 por ciento. Según
información de la Cámara Chilena del Libro, los aranceles para los
textos en la nación son los mayores del mundo.
A través de internet y redes sociales la campaña Libros sin IVA busca
presionar al gobierno del presidente Sebastián Piñera para hacer algo
al respecto, pero sobre todo posicionar el problema como algo central de
cara a los comicios presidenciales de 2013.
El portavoz de Libros sin IVA, Marco Coloma, precisó que la
eliminación o rebaja de la medida -adoptada en 1976 bajo la dictadura de
Augusto Pinochet- es un anhelo desde hace años para un sector del país.
“Es un tema emblemático que ha cruzado el debate de los últimos
veintitantos años, ya que es una herencia de la dictadura. Estimamos que
este momento es particular y creemos que esto también se vincula con la
demanda estudiantil y la cuestión de fondo está en el acceso a los
bienes culturales”, agregó Coloma.
En Chile un libro nuevo, considerado de bajo precio, rodea los 20
dólares por lo que es habitual que estudiantes secundarios y
universitarios utilicen fotocopias para poder acceder a la lectura. Como
otro mecanismo de acceso a textos originales usados también destaca la
posibilidad de devolver el producto una vez leído y así contar uno
nuevo.
Eduardo Miranda, vendedor desde hace 15 años en el centro de Santiago
(la capital), explicó que el proceso consiste en que “se cambia un
libro por otro que sea más o menos de la misma editorial. Uno se lo
cambia por un pago de mil pesos (dos dólares) para mantener el negocio, o
si no traen dos y llevan uno gratis”.
En 1996 surgió el Bibliometro, otra forma de acceso a la lectura, que
consiste en una red pública de bibliotecas ubicadas en las principales
estaciones del Metro de Santiago, que actualmente cuenta con 55 mil
socios y apuesta a prestar 500 mil ejemplares en 2012.
Los vendedores de libros en la nación suramericana coinciden en que
si se elimina o se rebaja el IVA a los textos, las personas comprarían y
leerían más, porque “hay interés por la lectura, pero la plata es lo
que falta”.
María Teresa Labbé, quien desde hace 23 años vende libros, apuntó que
“da pena, uno a veces ve a gente que está cesante, que quiere el libro y
no puede, y se lo regalamos. Total, Dios me proveerá de muchas cosas”.
Fuente: teleSUR
miércoles, 15 de agosto de 2012
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