Apertura, transparencia: ésas son de las pocas armas con que cuenta
el pueblo para protegerse de los poderosos y los corruptos. ¿Qué hubiera
pasado si en los días posteriores al 4 de agosto de 1964 –luego que el
Pentágono fabricó la mentira de que un barco nuestro fue atacado por
norvietnamitas en el golfo de Tonkin– unWikileaks nos hubiera dicho que
todo fue un invento? Supongo que tal vez 58 mil de nuestros soldados (y
dos millones de vietnamitas) hoy estarían vivos.
por Michael Moore (EE.UU.)
Amigos:
Este lunes, en la corte de magistrados de Westminster, en Londres,
los abogados del fundador de Wikileaks, Julian Assange, presentaron un
documento enviado por mí, el cual expresa que he aportado 20 mil dólares
para la libertad bajo fianza de Assange. Además, públicamente ofrezco
el apoyo de mi sitio web, mis servidores, mis nombres de dominio y
cuanto más pueda hacer para que Wikileaks siga vivo y floreciente y
continúe su labor de exponer los crímenes urdidos y cometidos en secreto
en nuestro nombre y con el dinero de nuestros impuestos. Con una
mentira nos llevaron a la guerra en Iraq. Hoy, cientos de miles están
muertos. Imaginemos lo que habría pasado si los hombres que planeaban
esta guerra en 2002 hubieran tenido que enfrentarse a un Wikileaks. Tal
vez no habrían logrado ponerla en marcha. La única razón por la que
creyeron salirse con la suya fue porque tenían un velo de secreto
garantizado. Hoy esa garantía se ha desgarrado, y espero que jamás
puedan volver a operar en secreto. ¿Y entonces por qué, luego de prestar
tan importante servicio público, está hoy bajo un ataque tan virulento?
Porque ha destapado y avergonzado a quienes han ocultado la verdad. Los
denuestos e imprecaciones han rebasado los límites:
El senador Joe Lieberman dice que Wikileaks ha violado la Ley de Espionaje.
George Packer, de The New Yorker, llama a Assange supersigiloso, de
pellejo delgado y megalómano. Sarah Palin sostiene que es un agente
antiestadunidense con las manos manchadas de sangre, a quien habría que
perseguir con la misma urgencia con que perseguimos a Al Qaeda y los
líderes del talibán. El demócrata Bob Beckel (director de la campaña de
Walter Mondale en 1984) declaró en Fox acerca de Assange: “Un muerto no
puede andar filtrando cosas… sólo hay una forma de hacerlo: meterle un
plomazo ilegalmente al hijo de puta”. La republicana Mary Matalin
afirma: “Es un sicópata, un sociópata… un terrorista”. El representante
Peter A. King califica a Wikileaks de organización terrorista. ¡Y vaya
que lo es! Existe para aterrorizar a los mentirosos y belicosos que han
llevado a la ruina a nuestra nación y a otras. Tal vez la próxima guerra
no será tan fácil porque se ha volteado la mesa y hoy el Gran Hermano
es el vigilado… ¡por nosotros! Wikileaks merece nuestra gratitud por
arrojar una gran luz sobre todo esto. Pero parte de la prensa
corporativa ha minimizado su importancia (poco de lo que ha revelado es
nuevo) o lo retrata como un sitio anarquista (lo que hace es simplemente
publicar todo sin ningún control editorial). Wikileaks existe, en
parte, porque los medios dominantes no han cumplido su responsabilidad.
Las corporaciones que son sus propietarias han diezmado las redacciones e
impedido que los buenos periodistas hagan su trabajo. Ya no hay tiempo
ni dinero para el periodismo de investigación. Expresado en términos
sencillos, los inversionistas no quieren que esas noticias se revelen.
Les gusta que sus secretos se mantengan… en secreto. Les pido imaginar
cuán diferente sería nuestro mundo si Wikileaks hubiera existido hace 10
años. Hay una foto en la que se ve a George Bush a punto de recibir un
documento secreto, el 6 de agosto de 2001. El encabezado dice: Bin
Laden, decidido a golpear a EU. Y en esas páginas se indicaba que la FBI
había descubierto actividad sospechosa en este país, consistente con
preparativos para aerosecuestros. Bush decidió hacer caso omiso y siguió
de pesca cuatro semanas más. Pero, si ese documento se hubiera
filtrado, ¿cómo habríamos reaccionado? ¿Qué habrían hecho el Congreso o
la federación de aeronáutica? ¿No habría habido una probabilidad mayor
de que alguien hubiera hecho algo si todos hubiéramos sabido del
inminente ataque de Bin Laden usando aviones comerciales? Pero en ese
tiempo sólo unos cuantos tuvieron acceso al documento. Porque el secreto
se mantuvo, un instructor de vuelo de San Diego que observó que dos
estudiantes sauditas no mostraban interés por el despegue y el
aterrizaje no hizo nada. Si se hubiera enterado por el periódico de la
amenaza de Bin Laden, ¿tal vez habría llamado a la FBI? (La ex agente de
la FBI Coleen Rowley, distinguida por la revista Time como una de las
personas del año 2002, escribió un artículo en Los Angeles Times en el
que señala que si Wikileaks hubiera existido en 2001, se pudo haber
evitado el 11-S.). ¿Y si en 2003 el público hubiera leído los memorandos
secretos en los que Dick Cheney presionaba a la CIA para que le diera
hechos que le permitieran construir su argumentación falsa a favor de la
guerra? Si un Wikileaks hubiera revelado en ese tiempo que en verdad no
existían armas de destrucción masiva, ¿creen ustedes que se habría
lanzado la guerra? ¿O más bien habría habido un clamor para que se
arrestara a Cheney?
Apertura, transparencia: ésas son de las pocas armas con que cuenta
el pueblo para protegerse de los poderosos y los corruptos. ¿Qué hubiera
pasado si en los días posteriores al 4 de agosto de 1964 –luego que el
Pentágono fabricó la mentira de que un barco nuestro fue atacado por
norvietnamitas en el golfo de Tonkin– unWikileaks nos hubiera dicho que
todo fue un invento? Supongo que tal vez 58 mil de nuestros soldados (y
dos millones de vietnamitas) hoy estarían vivos. En cambio, los secretos
los mataron. Para quienes creen que está mal apoyar a Julian Assange
por las acusaciones de ataque sexual que lo tienen sujeto a proceso,
todo lo que pido es que no sean ingenuos respecto de los ardides de un
gobierno cuando decide ir tras su presa. Por favor, nunca crean la
historia oficial. Y, al margen de que Assange sea culpable o inocente
(entérense de la extraña naturaleza de las acusaciones), tiene derecho a
presentar una fianza y defenderse. Me he unido a los cineastas Ken
Loach y John Pilger y a la escritora Jemima Khan para reunir el dinero, y
espero que el juez acepte la fianza y lo ponga en libertad este martes.
¿Podría Wikileaks causar algún daño imprevisto a las negociaciones
diplomáticas de Washington en todo el mundo? Tal vez. Pero ése es el
precio que se paga cuando un gobierno lleva a sus ciudadanos a la guerra
con base en una mentira. Su castigo es que alguien encienda las luces
de la habitación para ver qué se trae entre manos. No se puede confiar
en él. Así pues, ahora todo cable, todo correo que escriba está abierto
al escrutinio. Lo sentimos, pero eso quiso. Ahora nadie puede esconderse
de la verdad. Nadie puede maquinar la próxima gran mentira si sabe que
tal vez sea expuesta. Y eso es lo mejor que Wikileaks ha hecho. Dios lo
bendiga por salvar vidas con sus acciones. Y quien se sume al esfuerzo
por apoyar a Wikileaks realiza un verdadero acto de patriotismo. Punto.
Hoy estaré en ausencia al lado de Julian Assange en Londres y pido al
juez que le conceda la libertad. Estoy dispuesto a garantizar su retorno
al tribunal con el dinero de la fianza que he enviado. No permitiré que
esta injusticia quede sin respuesta. Sinceramente,
Fuente: La Jornada
jueves, 30 de agosto de 2012
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