La cooperación internacional ante desastres naturales será uno de los temas de la Sexta Cumbre de las Américas, prevista para el año próximo en Colombia, y la Argentina es uno de los promotores, tanto allí como en el seno de la Organización de Estados Americanos (OEA).
“Los desastres naturales son uno de los cuatro temas propuestos”, adelantó Gabriel Fuks, presidente de la Comisión de Cascos Blancos de la Cancillería argentina, en relación con el encuentro del 14 y 15 de abril próximo de 34 jefes de estado en Cartagena de Indias.
El funcionario aseguró que "la Argentina es la impulsora en la OEA de un reverdecer en el debate sobre los mecanismos internos para la asistencia mutua en caso de desastres socionaturales".
"Estamos tratando de trasladar la experiencia del grupo de trabajo de la OEA a las recomendaciones que firmen los mandatarios” en la cumbre, añadió.
Fuks fue entrevistado por Télam, con motivo del Día Internacional de la Reducción de los Desastres, que se celebra hoy por decisión de la Asamblea General de las Naciones Unidas. Este año el eje está puesto en "las alianzas juveniles para la reducción del riesgo", cuando se estima que alrededor de 66 millones de niños son afectados anualmente por las catástrofes.
“Estamos muy contentos de haber introducido en la OEA esta discusión y de hacerlo también en la cumbre de presidentes. Que se nos reconozca como impulsores. La Argentina es vanguardia en esta cuestión", destacó Fuks.
El presidente de Cascos Blancos destacó que "en los últimos años hemos logrado capturar muchas líneas del debate internacional y crear técnicos aptos".
"No es casual que el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados nos convoque para trabajar en la frontera Túnez-Libia y que en menos de un mes viajemos para firmar un convenio por estricto pedido suyo", subrayó.
En tanto, la OEA estudia un Plan Interamericano para la Prevención, la Atención de los Desastres y la Coordinación de la Asistencia Humanitaria.
Se trata de una instancia superadora de la Convención de 1991, firmada apenas por un puñado de países, que planteaba básicamente cuestiones transfronterizas y de ingreso del personal humanitario.
“Hoy la región avanzó mucho, funciona un sistema más integrado, con un nivel de planificación y recursos conjuntos para enfrentar los desastres. Hay países como la Argentina que se volvieron generadores de asistencia humanitaria”, destacó Fuks.
El funcionario argentino subrayó que “la resolución de la OEA que motivó a reestudiar estas cuestiones hablaba en principio sobre los Cascos Blancos”.
Luego se contempló incorporar al Marco de Acción de Hyogo, de la ONU, que impulsa la identificación de la pobreza como principal causa de la vulnerabilidad.
Ese instrumento también señala la necesidad de un enfoque integral del riesgo, la importancia de los enfoques regionales, y la incorporación de las comunidades en los procesos de reducción del riesgo, como un elemento esencial para su éxito.
Con el análisis del desastre sísmico de 2010 en Haití, la OEA arribó a varias certezas, entre ellas, “que creció el volumen de la asistencia humanitaria, que existen normativas claras sobre qué se debe o no donar, que los países deben saber decir que `no` ante determinadas situaciones”, comentó Fuks.
“Hay ejemplos concretos: Haití, que prácticamente no tiene capacidad para resolver frente a estas situaciones, es invadida por marines o por ONGs que van a hacer su propia gestión de riesgo y a crear republiquetas en un país soberano. Chile, que tras el terremoto y tsunami espera cuatro días para dejar entrar a las misiones internacionales”, mencionó.
Mientras tanto, dijo, “hay que empezar por casa”. Cascos Blancos trabaja junto con la Federación Internacional de la Cruz Roja en una revisión de la normativa argentina. También se discute la creación de manuales para que las cancillerías sepan qué hacer en un contexto de emergencia.
Fuente: Télam.
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