martes, 25 de octubre de 2011

FIN DEL TERRORISMO II.


por Ernesto H. De Casas

Ha pasado el día del anuncio del fin de la actividad armada de la ETA y los titulares son muy explícitos: “Empieza la batalla por la paz”, “ETA acepta su derrota”, o, “Es una victoria del Estado de derecho”, pero la izquierda abertzale (independentista) advierte que el fin de la violencia no cierra el conflicto político.

Pressenza, Madrid. Se sucede una cascada de comentarios muy variados, en un amplio espectro de opinión de la ciudadanía, los medios y los dirigentes, que va desde ‘es una buena noticia’ a ‘no me fío un pelo de estos tíos’, porque no se disuelven, no entregan las armas, ni pide perdón por el daño causado. Las víctimas, y familiares, más dolidos que nunca porque no son mencionados en el comunicado, se debaten entre el alivio, el dolor, la esperanza, la cautela y la indignación. Pasar revista a estas opiniones da una idea del panorama en el norte de España, Euskadi, el País Vasco, incluyendo la región española como la francesa.
La izquierda independentista ha sido clara ‘el conflicto continua’ y urge a los estados involucrados a aportar soluciones, la gente de la calle dice tanto ‘son unos asesinos, a la cárcel’, ‘no muestran indicios de arrepentimiento alguno’, como es un día feliz, empieza otra etapa, o ‘ya no saldremos pensando que estallará una bomba a tu lado’, aunque ‘habrá que ir con cautela y poco a poco se verá. Con la cercana comparación con el IRA irlandés que entregó las armas 11 años después. Por eso, alertan que ‘no hay que bajar la guardia, ni perder la memoria’.Y no falta quien profetiza negociaciones, por lo bajini, entre ETA y el gobierno. El aspecto importante a dilucidar es qué pasará con las aspiraciones separatistas de muchos vascos que chocan con los que no aceptan tal cosa. Aparte, las fuerzas del orden no se lo creen y consideran que ‘es una maniobra’. Siguen alertas.
El analítico optimista afirma que hay un ‘cambio, una renovación, de pensamiento’ de los violentos, el pesimista analiza que ‘pueden volver, pues no han tenido otra opción, al estar tan debilitados por el acoso policial’, o bien, ‘se les acabó el dulce desde que los franceses decidieron colaborar’. O bien, ‘como han perdido consenso con su base social, han claudicado’. En comentarista financiero destaca ‘que no es coincidencia el fin de ETA con el auge de la crisis, pues ‘hace mucho frío ahí fuera…’
Por su lado, el jefe de gobierno vasco ha pedido de inmediato la unión de todos y convoca a los partidos representados en el parlamento para abrir el diálogo. Siempre con eso de ‘seguir la de hoja ruta que han establecido, desde la conferencia internacional al comunicado, a lo del ‘conflicto continua’. Se ven brindis en la cúpula de partidos, no en todos, y el comentario más alegre puede ser el de un dirigente: ‘acabo de fumarme mi primer purito sin escolta…’ o ya se que siempre volveré a casa, dice feliz una concejala.
También tiene su opinión la Iglesia, se alegran del comunicado pero reclaman justicia y alertan contra el separatismo, aunque se les atribuye tener que ver con el origen del problema, pues encubría a los terroristas en sus comienzos, ahora ve bien esto de cesar de matar. Después de todo, es un pecado tremendo, algo que tendrían que haberles informado, al menos.
El espectro de la organización violenta es complicado, en parte porque ellos no se consideran así, y mucho menos ‘delincuentes’ como los cataloga la justicia, que por eso los procesa y condena, y ahora ha declarado ‘seguiremos como hasta ahora’ es decir aplicando penas y condenas con juicios como a cualquier hijo de vecino. Y son más de un centenar los juicios pendientes y más de 700 los presos cumpliendo condena, que piden por una parte acercarse a su zona de origen para recibir visitas de sus familiares y por el acortamiento de sus condenas. A lo que casi nadie esta de acuerdo. Ellos se consideran militantes con una reivindicación clara, que comparten muchos ciudadanos y optaron por la lucha armada, como método para solucionar el conflicto, que es político, no personal. Ahora la gran cuestión está en que ese conflicto no es posible resolverlo como le gustaría a ETA y a su entorno, puede entonces seguir enquistado. Mientras, las autoridades policiales celebran la comunicación del fin de las armas pero su actuación no menguará por ello. Seguirán alertas por si alguien decide retomarla en algún momento (como en el caso del IRA, que los disidentes son legión) y porque quedan muchos terroristas aun sueltos o prófugos. Y se abre el gran tema, o el gran campo de la parte humana del conflicto, la posible reconciliación de los damnificados, el posible perdón, o no, y la concordia y coexistencia; cosa dificilísima porque como me comenta un lugareño “esto no es muy grande y nos conocemos casi todos, de modo que ahora venga a vivir a tu barrio el que mató al hijo de uno u otro conocido, es complicado”, incluso de entender, porque ¿Quién les pidió que hicieran todo eso? ¿En nombre de quién han actuado?”
Y aquí es donde como humanista me pregunto: ¿Cuándo van a consultar a la gente que opina de todo esto? Que no les consulta ni unos ni otros. Hubo un presidente regional que quiso hacer una consulta no vinculante y no se la aprobaron, creo, porque ‘no es constitucional’ pues la constitución española no prevé que una región se pueda independizar (como el caso del Quebec canadiense). Pero, insisto, no hay nada más civilizado y educado que la consulta popular, antes de ninguna otra cosa, porque esta inter-consulta entre dirigentes políticos es de los representantes del pueblo, no del pueblo mismo. ¿Qué temor hay, me digo, de consultar directamente a la gente sobre qué quiere y qué opina?, no vaya a ser que se esta montando todo en un supuesto enorme, o que las soluciones brote de los mismos habitantes del lugar. De momento ya hay una primera manifestación en Bilbao para pedir soluciones al conflicto. En cuanto a aplicar la reconciliación a escala social, es una experiencia importante para avanzar al futuro, pero no es fácil, sobre todo si no ay reconocimiento por una parte del causante del daño, lo cual dificulta perdonar; y mas la violencia indiscriminada, que padece un ciudadano cualquiera porque hay un bando enojado con el Estado, no se puede admitir. Así que el interés por reconciliarse es individual, sin esperar reciprocidad. Una gran decisión, requiere de valor, altura de miras, fuerza espiritual. Seguramente se intentará lo de ‘ni olvido ni perdón’ pero si reconciliación, poco a poco, con grandes esfuerzos y grandes ayudas.
Yo me desvelo en pensar como hacerles llegar a todos lo que nos indicara Silo: “El buen conocimiento, lleva a la reconciliación, el buen conocimiento lleva a la superación del sufrimiento, el buen conocimiento lleva a encontrar un sentido de futuro…” Algo que puede ayudar.

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