miércoles, 27 de julio de 2011

SOL.


por Ernesto H. De Casas

Se ha hecho la manifestación prevista desde Atocha a Sol, unas 35.000 personas o más, según quien cuente; las columnas avanzando por las avenidas con carteles con lemas, impresionante, la marea humana avanza; han hecho un alto frente al Congreso presentando sus críticas, como en días anteriores en la Moncloa, residencia del Presidente de Gobierno, a cantar sus reivindicaciones.

Pressenza, Madrid. Todo se ha desenvuelto sin incidentes, aunque el despliegue policial ha sido muy notorio. Es obvio que 'la sin violencia' es parte clara de los manifestantes. En especial en estos momentos en que en el norte del país, la zona vasca, se desarrolla una nueva etapa político-social, distinta, única, que quizás destierre la violencia para siempre. Tal es el anhelo. Sin embargo el horror de Oslo ha llegado a todos los rincones, la violencia demencial de un solitario individuo puede con un país muy civilizado.
Se hizo la asamblea del Sábado por la noche para programar distintas cosas hasta llegar el Domingo en donde se hizo además, en el recinto del Retiro el primer Foro Social Cívico de intercambio de propuestas sobre los temas que más concierne, economía, políticas sociales y demás, aquí se destaca la visita de un premio Nobel, presente en otro sitio de Madrid, que vino a darles ánimos y que no cesen en sus reivindicaciones, confirmando lo principal porque afirma, “se ha demostrado que los recortes sociales, no ayudan a salir de las crisis”.
Y esta es otra característica de este fenómeno, que de vez en cuando alguna autoridad, política o científica en este caso, se acerca al llamado Movimiento de 15 -M para dar su apoyo o manifestar su simpatía. No hace mucho lo declaraba el político más antiguo español, ex líder del PC, aludiendo que no hay que dejar de comprender el malestar que representan los indignados.
¿Pero es esto suficiente? ¿El exiguo reconocimiento de algunos notables?
Obviamente que no, y uno se pregunta si los manifestantes con todos sus esfuerzos no hacen mella en el caparazón de los dirigentes que muy poco o ningún caso hace a sus demandas, siendo tan necesarias... ¿Es que no sienten su impacto o es que aun así, no saben qué hacer? Quizás es eso: cómo cambiar un sistema en el que no sabrían vivir fuera de él.
Como de acampadas se trata, también ha terminado la acampada que llevaba tiempo en la cuesta de Moyano los vecinos de una zona en donde unas cooperativas los han estafado y no han construido ni siquiera una calle en el predio donde iban a construir miles de viviendas, para las que se dieron suculentos anticipos para participar. Todo perdido. Y nadie, nadie les recibe, ni los susodichos cooperativistas constructores de vivienda, ni el gobierno municipal, regional o nacional; una total indefensión del ciudadano que vive esto como un perfecto "robo a mano armada, pero con lápiz y papel...”. Una estafa, vamos. O mejor, una de tantas que recorre el país junto con el mazazo de los desahucios.
El lunes, día festivo, será de regreso para algunos y otros ya participan de la asamblea correspondiente. Al caer el sol.
Quedan en el horizonte algunas próximas fechas en el calendario de protestas, una sería realizar una gran marcha, ahora europea, hacia Bruselas. Otra es un referéndum digital sobre las políticas de ajustes vigentes. El movimiento se amplifica.

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