sábado, 23 de julio de 2011

DOS POETAS ARGENTINOS PREMIADOS EN ESPAÑA Y MÉXICO.


por Jorge Boccanera

La poeta bonaerense Laura Yasan con su libro "Animal de presa" y el poeta salteño Hugo Rivella con "Piedra del ángel", acaban de obtener respectivamente el premio para poetas mujeres "Carmen Conde" de España y el "Gilberto Owen Estrada" de México.

"La poesía de mujeres tiene su impronta y la de hombres también, somos especies diferentes, no concebimos la vida ni el mundo de la misma manera, ¿por qué habríamos de escribir igual? Que el premio esté dedicado a la poesía de mujeres tiene un plus importante para mí", confiesa Yasan (foto) en diálogo con Télam.
"Animal de presa" tiene algo de diario de vida en pareja, de historia de desgarros -"Voy a escribir con estas uñas/ clavadas en tu hombría"- de "música muerta", dice la autora.
Y explica: "Sí, de hecho así nació el libro, con poemas que me fueron quedando afuera de libros anteriores por su temática; un día me di cuenta que tenía una pila de poemas inéditos unidos por un mismo hilo, el amor y el desamor, el encuentro y la despedida, la unión y el desgarro".
Por su parte Rivella, con un libro que remite entre otras cosas al paisaje, señala: "Jaime Dávalos decía que `El hombre es paisaje que anda`. Creo que los hombres somos eso, formando parte de lo que hablamos y de lo que hacemos. Entonces somos la ciudad, el desierto, la selva. Dialogamos con la tierra, con el vuelo del ave y la semilla; con lo que nos asombra".
Aunque Yasan ya obtuvo premios internacionales como el Casa de las Américas de Cuba y el premio EDUCA en Costa Rica, se muestra algo sorprendida por el galardón español al que creía, dice, "inalcanzable" por una "impronta porteña y arrabalera" lejos del "registro que ellos buscan".
Y añade: "Su poesía es bastante clásica, lo veo en los autores que premian. Me presenté al `Carmen Conde` sólo porque es un concurso de género y ahí se juegan otros valores. Por lo tanto fue inmensa la emoción por el logro de ser valorada con la posibilidad de ser leída, con premio mediante, en un país que creía vedado para mí".
Autora entre otros libros de "Doble de alma", "Cambiar las armas", "Tracción a sangre", "Ripio" y "La llave Marilyn", Yasan posee un tono personal e el que entrecruzan la crónica y un lirismo de imágenes potentes, en el que predominan la ironía y un tono coloquial.
"Animal de presa" se ubica en esta línea desde el epígrafe de "Los mareados" de Cadícamo ("Qué grande ha sido nuestro amor/ y sin embargo hay, mirá lo que quedó") y el coloquio urbano sobre dos náufragos a la deriva, lo que le otorga además un dejo nostálgico.
"Tiene mucho de tango, de fracaso, de corazón partido -describe-. Están presentes la nostalgia, la bronca y la tristeza.
Es un libro sobre vínculos, en su mayoría de pareja, y los vínculos cargan muchos matices, espejismos, reclamos, confusiones, malentendidos".
Sobre el nombre del libro premiado, tiene que ver, subraya, con el animal que busca el alimento por instinto y a la vez es la presa de otro animal: "digamos que busqué esa multiplicidad de sentidos en el título".
Hugo Rivella, de su lado, no oculta su satisfacción por recibir este premio en un país al que, dice, siempre sintió cercano: "Siendo niño, en mi pueblo, Rosario de la Frontera, crecí con la música de Aceves Mejía, el humor de Cantinflas, y más tarde, con la Revolución Mexicana, los murales de Orozco, la maravillosa cultura azteca".
El poeta salteño traza una larga lista de poetas mexicanos que lee y relee: "El primero que me impactó fue López Velarde, todavía me va `embelezando un quebradizo sonar intermitente de vajilla`. Pero también Efraín Huerta, Jaime Sabines, Rosario Castellanos, Torres Bodet, Alí Chumacro y Octavio Paz. La literatura mexicana siempre bordeó mis cosas; no olvido que México fue lugar de refugio de varios exilios".
Autor de una profusa obra que comprende los libros "Caballos en la lluvia", "Zona de otros días", "Yo, el toro" y Centro de tormentas", Rivella ya fue galardonado en Guatemala con el premio de los Juegos Florales Centroamericanos, el "Gil de Biedma y Alba" de España y, entre otros, el premio de la Secretaría de Cultura de Salta para autores éditos.
Asiente el poeta cuando se habla de su escritura atravesada por un generoso aparato metafórico: "Así es. La imagen provoca en mí caminos imposibles, derroteros sin rumbo, y eso es lo que quiero trasmitir. Enrevesar el mundo. No sé si por ahí me vuelvo oscuro, recargado, en todo caso es un desafío, un límite a trasponer".
Algunos textos de "Piedra del ángel" ahondan sobre la angustia existencial. Para Rivella todo indaga sobre la vida y la muerte: "Porque en ello está la eternidad. Nuestras efímeras victorias y nuestras pequeñas derrotas".
Subraya, refiriéndose a poetas de distintos tiempos y territorios presentes en las páginas de sus libros -en éste último, Basho y Whitman, que: "Con los poetas puedo hablar en tiempo y en espacios diferentes. Diacronía y sincronía en una misma moneda.
Ojalá pueda reconocerme entre los poetas, recordando algún verso, escuchando sus voces. La presencia de ellos en mis libros son una compañía, un abrigo".
"Eso tiene que ver con un quebrar las distancias; andar por la Casa de las Flores de Netzahualcoyolt o ser una rana en el estanque de Basho. Lo que aprendí de los poetas me ha hecho mejor hombre", finaliza.
Fuente: agencia Télam.

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