lunes, 6 de junio de 2011
“LA GRAN DEUDA SIGUE SIENDO UN CODIGO DE ORDENAMIENTO TERRITORIAL Y AMBIENTAL SUSTENTABLE”.
por Fernando Rizzi, Concejal Bloque U.C.R. (foto)
Mar del Plata, Argentina. Estamos en vísperas de la remisión por parte del Departamento Ejecutivo al Concejo Deliberante, de un supuesto proyecto para “incentivar la construcción” según nos enteramos por algunos medios. Empresarios de la construcción trabajadores y profesionales vinculados a la misma, reclaman medidas de promoción de esta industria. Vecinos se movilizan en defensa de los sectores barriales tradicionales y de la preservación de la identidad y de estilos como el del clásico “chalet marplatense” que es un verdadero distintivo de la ciudad.
Sin lugar a dudas, el diseño del proyecto urbanístico para Mar del Plata no puede salir más que del consenso de todos los sectores, del respeto por el equilibrio ambiental, de la consideración por la identidad y la historia de la ciudad, y de estrategias de desarrollo urbano presente y futuro que protejan el empleo y la inversión.
Y en esto el estado municipal ha fracasado. Por incapacidad de lograr tales consensos. Por incapacidad de impulsar proyectos de desarrollo sin alterar sectores consolidados. Por ineptitud para forjar un planeamiento equilibrado a la medida del ciudadano.
La gran deuda pendiente de la gestión municipal es la implementación del esperado Código de Ordenamiento Territorial y Ambiental, anunciado en diciembre de 2007, que reemplace a nuestro C.O.T. actual susceptible de tantas críticas.
Un código que en vez de los “parches”, de los “corsi e ricorsi” a los que estamos acostumbrados, genere un planeamiento moderno, que respete áreas, que consagre aquellos sectores a preservar como distritos patrimoniales, y fomente la construcción en sectores que no generen alteraciones a sus barrios, con tipologías que garanticen retiros de frente parquizados que permitan un equilibrio con el ambiente y la calidad de vida de todos.
Uno de los grandes daños que ha sufrido nuestra urbanización ha sido la tipología de edificios apretujados entre medianeras, tipología descartada por la mayoría de las ciudades. Y que ha producido la tugurización de gran parte de nuestra ciudad que privilegió construír más en lugar de construír mejor y más rentable.
Por ello, creemos que es necesario evaluar el impulso de la construcción en áreas sin uso donde se puedan generar proyectos de urbanización con edificios rodeados de aire y de verde, con equipamiento adecuado, aun con alturas considerables, pero compatibles.
Pienso, no se, en áreas como la del ex Ital Park, cerca del acceso a la ciudad y de la Avenida Constitución, que hoy presenta un área extensa, amplísima, sin uso, donde se podría encarar un buen proyecto con inversiones en buena edificación, un nuevo barrio de edificios altos y separados, con verde, con amenities, sin alterar la vida de ningún barrio sino arrancando de cero con buenas reglas de juego.
Pienso que se puede estudiar en algunos sectores permitir moderadamente alguna mayor altura, a cambio de que los edificios no compartan medianeras y estén parquizados en sus cuatro costados, con espacios de estacionamiento suficientes. Algo así propuse para la zona de baldios sobre la ex Avenida Martínez de Hoz, y quizás no pudieron lograrse consensos por la oposición de algunos vecinos. Pienso también en algunos tramos de avenidas como Constitución. Pero siempre en base a consensos.
Creo que en la ciudad ganamos todos, todos, si privilegiamos calidad en lugar de cantidad. Es decir que quizás no tantos metros, pero si con mayor valor, por su mejor diseño, su mejor diálogo con el sector de implante, por sus condiciones de parquización, luminosidad. Y en este sentido debemos trabajar.
Por ello, en este sentido, también nuestro proyecto recientemente aprobado que incentiva mediante quita de tasas, a la jerarquización de edificios ya existentes, mediante el reciclado total, cambio de destino, o unificación de locales comerciales o departamentos. Que impulse también la finalización de estructuras preexistentes, o la construcción de cocheras.
Todos los sectores tienen legítimas y justas aspiraciones, y el Municipio debe conciliar para el beneficio y supremacía del interés general. Debemos ser creativos, y de una vez por todas, trabajar en un auténtico planeamiento de ciudad que honre su pasado y su futuro.
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