por Mariano Quiroga
Policía secreta infiltrada provocó la represión en Barcelona durante las acciones de los Indignados que cercaban el Parlamento catalán para evitar que se votaran los recortes presupuestarios. En este video podemos contemplar cómo son detectados los “manifestantes” violentos y arrinconados por el resto, para luego ser socorridos por las fuerzas antidisturbio.
Pressenza, Barcelona. Todo ocurría de forma tensa pero no-violenta en los alrededores del Parque de la Ciudadela, dentro del cual se encuentra el Parlamento de Catalunya. Antes de las 7 de la mañana comenzaron algunos altercados cuando la policía decidió dispersar a los 4 mil manifestantes convocados para evitar se promulgue la Ley Ómnibus, un dispositivo de medidas de austeridad y ajustes estructurales de los presupuestos del Estado.
La gente reaccionó mayoritariamente por la vía no-violenta, evitando en todo el momento el vandalismo y las agresiones, a través del autocontrol del mismo Movimiento del 15M convocante. La policía utilizó para fomentar el conflicto la coacción y la violencia directa. De hecho, los manifestantes detectaron a varios policías de civil que mezclados entre los indignados provocaban altercados buscando que les imitaran otras personas.
Con rapidez fueron aislados del cortejo y ellos se congregaron esperando órdenes o refuerzos, que luego de una larga y tensa espera llegaron. Una veintena de antidisturbios vinieron a escoltarse para que pudieran salir de la manifestación entre abucheos y gritos de “Secretas, idiotas, ¿creéis que no se nota?”. Esta práctica altamente irritante empleada por los Mossos d’Esquadra se viene repitiendo desde hace años. Lo que ha cambiado es que ahora los manifestantes no caen en la trampa y mantienen su conducta no-violenta.
Algo que la Policía no termina de comprender, a juzgar por los comentarios que pueden leerse en algunos foros públicos de las fuerzas policiales. Donde se expresan con términos muy agresivos para con los manifestantes y donde muestran su convencimiento de las doctrinas de choque empleadas por el Consejero de Seguridad, el Sr. Puig.
Aunque el debate interno en las fuerzas de seguridad está extendiéndose, al igual que en la prensa, que ha comenzado a mostrar sus ideas políticas.
Tras la asamblea de indignados del mediodía se produjo una confluencia multitudinaria en la Plaza Sant Jaume, cede de la Generalitat y la alcaldía de Barcelona, donde en un ambiente mucho más festivo que el matinal, varios periodistas se unieron a los manifestantes mostrando su apoyo al movimiento.
El pleno del Parlament se reunió, pese a las dificultades que tuvieron los diputados para llegar al hemiciclo. Algunos recibieron además de insultos y la resistencia no-violenta, ataques con pintura y huevos, pese a la fuerte presencia policial, pero sobre todo a la acción de prevención de violencia llevada adelante por el movimiento de acampados, que velaron para que no ocurrieran hechos lamentables.
La policía ha informado una decena de detenciones y algún oficial ha terminado con su traje completamente manchado de pintura. Lo peligroso de esta situación es que los medios se entretienen en contar las batallitas de los manifestantes y policías y nada se habla sobre las leyes aprobadas y la repercusión que tendrán en la población.
Trayendo esta reflexión la gacetilla de prensa oficial de los indignados finaliza de esta manera:
“El movimiento de indignadas e indignados es un clamor a la clase política para que no ponga nuestras vidas en manos de los bancos y los especuladores. Pensamos que el Gobierno de la Generalitat tiene la oportunidad de escucharlo y enderezar esta situación, en ninguna parte de recurrir a las habituales recetas criminalizadoras y represivas que usan los gobiernos que temen a la ciudadanía.
Hemos empezado a andar, seguimos en movimiento y sabemos que la ciudadanía comparte nuestras denuncias y quiere articular respuestas y propuestas. Invitamos a toda la sociedad catalana a participar en la manifestación del próximo 19 de junio, que como ya hemos reafirmado en nuestra joven pero importante trayectoria, será pacífica, lúdica y reivindicativa”.
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