En el Museo del libro y de la lengua, un público atento acompañó las palabras del autor, precedido por dos amigos que compartieron las experiencias y reflexiones a que los llevó la lectura del libro.
Víctor Piccininni destacó el contraste entre “la imagen de ese joven inglés formal, muy educado y con cierto estilo conservador”, y su audacia, su valentía a la hora de protagonizar acciones en el mundo. Destacó “el sutil humor que se despliega a lo largo del libro” y “la liviandad con que el autor aborda los temas más personales de modo claro y directo, sin la menor autocensura”. Destacó también como, “analizado como un todo”, el libro denota la transformación interna de su protagonista: “creo ver el encuentro luminoso con un paisaje en el cual se han ‘resuelto’ muchos de los problemas y las dudas que lo acompañan gran parte del libro”.
Por su parte, Annalisa Pensiero, también valoró del autor “la total sinceridad con la cual habla de su vida personal, de sus dudas, de sus errores e ilusiones y de cómo va transformando la relación con su cultura gracias a la búsqueda de un sentido en la vida”. Y agrega: “Tony descubre que antes que ser inglés es un ser humano, que puede elegir independientemente de su cultura y se anima a rebelarse.” “…Es la misma rebelión que ubica a los pueblos originarios en la historia. Es la imposibilidad de los Estados –con su cultura única y preconcebida–, de disciplinar a ultranza a los individuos y a los pueblos para que se ordenen como soldaditos y respeten sus reglas.”
A su turno, Tony Robinson comenzó diciendo: “Me preguntaron por qué escribí este libro. La verdad es que sentía importante dar testimonio de mi experiencia como siloísta, como participante en el pensamiento del Nuevo Humanismo”.
“Se puede aprender mucho desde los libros y videos de Silo, pero yo he experimentado como siloísta una especie de ‘magia’ que no se lee en sus obras completas ni se ve en los videos.” “Parece ingenuo pero fue una experiencia profundamente humana, una sensación de sentido en la vida, de estar en casa, una sensibilidad compartida e incluso un sentido de humor compartido”.
“El libro trata de expresar cuánto más rica ha sido mi vida como consecuencia de esta doctrina de transformación personal y social.” “Vivir una vida humanista para mí ha sido una lucha permanente contra mis propias resistencias. Hablar sobre mis dificultades en los trabajos personales, ir a la calle para hacer encuestas a gente no conocida, viajar al África muy lejos de mi zona de confort, presentarme como candidato en elecciones, aprender castellano, hacer entrevistas en televisión, incluso encontrarme cara a cara con vuestra Presidenta y hablar sobre la Marcha Mundial por la Paz y la No violencia en diciembre del 2009, todas estas experiencias son fruto de saltar por encima de mis resistencias”.
“¿Y para qué hace uno todo esto? Porque no hay nada mejor en la vida que luchar por un mundo mejor”. “…(Esta) sigue siendo, al menos para mí, la mejor doctrina que he conocido nunca”, “…la respuesta adecuada para transformar el mundo. Lo ha sido durante los últimos 47 años, y estoy seguro de que lo seguirá siendo”.
Y concluyó: “¡Quizás me quede tiempo entonces para recoger experiencias suficientes para escribir un segundo libro!”
Ojalá que así sea.
Fuente: Pressenza
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